Prólogo

367 24 1
                                    

Silencio. Después del gran dolor que sentí en mi cabeza todo se volvió negro y lleno de silencio. Y paz, mi dios, nunca sentí tanta paz en mi vida.

Y aun así, la imagen de su rostro mientras me dice te amo, me acompaña en ese lugar lleno de paz.

Yo también te amo, perdoname.

NO ME ARREPIENTO | OtaYuriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora