Cap3/ Aqui ya no es seguro

40 5 0
                                    

Con sus ojos llenos de lágrimas, y atado por dos soldados fue llevado Androxus al campamento de Droth, Allí ordeno a los guardias que lo soltaran y les ordeno irse de allí, El lugar se envolvió en un silencio incomodo, Droth solo caminaba alrededor de Androxus, rascando su barba y sin dirigirle la mirada, luego de un rato Droth se detiene y se pone en frente de Androxus, y con una voz de preocupación le dijo
-Mírame a los ojos- poniendo sus manos en el mentón de Androxus, haciéndolo levantar su cabeza.
-Temía que este día llegara, así que ahora debo contarte toda la verdad-
Droth comenzó a contarle absolutamente todo, como había nacido, quien era su madre y que significaba la marca que poseía en su brazo. Androxus estaba totalmente impactado, no dijo una sola palabra, solo se quedó, mirando a Droth , quien después de haberle contado todo esto tenía sus ojos llenos de lagrimas
-No quiero matarte aun tienes mucho por vivir, ahora solo ve a tu cuarto, necesito pensar, pero primero, tu sentencia después de lo que hiciste allá afuera, debo hablarla con mi pueblo, resale a los dioses, para que estos y mi pueblo tengan piedad sobre ti-
Droth salió de su campamento, afuera toda la tribu se veía enfadada, pero a la vez confundida por cómo había pasado todo, Droth levanto sus brazos y miro a su alrededor, todos guardaron silencio, luego de esto Droth dijo
-El día de hoy, el pueblo fue testigo de un poder incomprensible que sin duda nos dejó confundidos a todos, hoy mi hijo, Androxus asesino a uno de los jóvenes guerreros, ¿Cuál creen ustedes que debe ser su castigo?-
Toda la tribu empezó a discutir, y Droth podía escuchar las formas macabras y lentas en las que querían castigar a Androxus. Droth, al escuchar todos estos comentarios dijo con furia
-Se han tardado demasiado en tomar una decisión ? Tendré que escoger una persona que lo decida- Empezó a observar a cada una de las personas de la tribu y un rato después señalo con su dedo a una anciana
-Ven acá- le ordeno Droth –Dime el castigo que Androxus debe asumir-.
La anciana con una mirada sin compasión dijo
-Quítenle sus órganos y dénselos a los lobos gigantes de la montaña-
Droth se rasco el mentón. Los lobos gigantes de montaña eran el peligro de todo ser viviente, estos tenían la capacidad de devorar vacas completas en poco tiempo, esto aterrorizo a Droth quien se quedó mirando a la anciana y a toda la tribu, luego de un rato le respondió
-se hará, al amanecer los órganos de mi hijo Androxus estarán en una bolsa, y yo mismo le daré de comer a los lobos-
Luego de decir esto entro en su campamento, empacó unas cuantas armas entre ellas un arco con un grabado extraño, agua y comida, entro a la habitación de Androxus y le dijo
-No tenemos mucho tiempo, debes huir, todo el pueblo te quiere muerto, toma esta bolsa, aquí está todo lo que necesitas para sobrevivir allá afuera, tengo un plan que podría funcionar, ahora acompáñame te guiare fuera de los campamentos, donde nadie te vea-
Androxus estaba confundido al ver a Droth con tanta preocupación en su mirada, sin embargo guardo silencio y salió del campamento con Droth sin que nadie los viera. Mientras caminaban, Droth se detuvo frente a uno de los ganados de vacas, empuño su daga y le corto la garganta a una de las vacas, luego con esa misma daga abrió el abdomen de esta, cogió una bolsa y empezó a meter todos sus órganos, cuando termino arrastro el cuerpo de la vaca hasta afuera de los campamentos junto con Androxus. Cuando llegaron, Droth se puso de rodillas ante Androxus y le dijo
-Androxus mi hijo, espero que algún día me perdones por haberte mentido y también espero algún día nos podamos volver a encontrar-
Dicho esto, lo miro a os ojos y beso su frente. Androxus quien no sabía que decir de lo confundido y asustado que estaba simplemente asintió la cabeza y se fue corriendo, y cada vez que miraba, atrás veía como su padre trataba de hacer un hoyo en la nieve para enterrar el cuerpo de la vaca, mientras el se alejaba de la tribu en esa fría noche de invierno

Androxus, el asesino dé dioses Donde viven las historias. Descúbrelo ahora