Venezolana.

Despedida

Pues aqui me encuentro, haciendo mis maletas. Es duro, sabes? Dejar atrás mi país, mi barrio, mis amigos. Es duro dejar cada costumbre, mi colegio mis metas, mi cultura. Es duro dejar mi corazón y mi alma en esos ríos, en esas montañas, en esas playas, que tanto amo.

Pero no voy a olvidar nada de esto, Venezuela se ira conmigo, Venezuela seguirá aferrada aquí en mi pecho, porque me voy no porque quiera si no porque necesito un mejor futuro. Y se siente mucha frustración, al saber que no puedo ayudar a mi país.

Me siento frustrada al pensar que nada de lo que hagamos va a sacar a este gobierno, que en vez de darnos la paz que ellos dicen nos hacen pasar hambre.

-adriana...-se seca una lágrima- porque? Quedate conmigo Adriana, por favor, no me dejes sola, no tu por favor, lucha conmigo, por favor quedate.

-Disculpame amiga, disculpa recuerda que te amo, recuerda toda esas locuras que pasamos juntas, no estas sola, yo siempre voy a estar contigo en tu corazón.

Salí corriendo de ese lugar, si yanny mi mejor amiga me seguía rogando no me iba a ir, y tenia que demostrarle que podía ser fuerte.

Llegue a mi casa y me despedí de mis vecinos.

-mis muchachos... Prometo trabajar duro, para ayudarlos, pero prometanme que van a seguir estudiando y que van a seguir adelante y que van a seguir protestando por una Venezuela mejor, para que yo pueda volver prometanmelo, eso si con mucho cuidado sin agredir a nadie, por favor cuando vuelva quiero verlos a todos vivos, si?

Se me acerca manuelito el chamo que vive en la avenida-te lo prometenos flaca, pronto estaras con nosotros de nuevo, vamos a extrañar esas noches que nos reuniamos a hablar de tonterías, Dios te bendiga flaca y te lleve con bien.

Los otros no me pudieron dirijir la palabra, si son grafos jaja, pronto nos reiremos de esta estupidez.

Y así me ayudaron a guardar las maletas en el carro y mi papa y yo hicimos el recorrido hasta el aeropuerto.

No podía, no quería irme pero tenia que hacerlo y con lágrimas en los ojos abordamos el avión rumbo a Madrid, España.

Y Adiós mi Venezuela, hasta que sanen tus heridas, hasta que haya un cambio, Siempre voy a llevar tu luz y tu aroma en mi piel.