Día 1- La enfermedad

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Mi nombre es Alice, tengo 23 años, les explicaré un poco sobre mi situacion. Yo nací como una niña normal y feliz, peliroja, con mis ojos azules, llena de pecas y sonrisas; pero, a la edad de diez años todo cambió cuando comencé con mareos, constantes desmayos y demás sintomas ; todo a causa de un tumor cerebral.

Primero fueron los tratamientos, luego la operación, donde resultó que ya estaba bien de salud y mi vida podría continuar normalmente; pero, el destino me tendría algo más deparado; Fueron dos, quizas tres años en los que mi estado fue estable; sin embargo aparecieron algunos mareos menores, cansancios repentinos y demas sintomas que considerariamos normales, estos, empeorando cada vez más.

Hace un año mis crisis y desmayos empeoraron, luego de muchos analísis se llegó a la conclusión de que nuevamente tenía un tumor; al escuchar esto mi piel se erizó y recordé la terrible situacion que viví aquella vez. Me dijeron que harian todo lo posible por mantenerme viva y mientras consumiera esos tratamientos mi esperanza de vida era de máximo cuatro años y seis meses, (no era mucho); otra operacion no la resistiria según los médicos y yo tampoco quisiera otra cortada en mi cabeza.

Muy amablemente me negué, negué aquellos tratamientos y cualquier ayuda, pregunté sobre mi esperanza de vida sin ellos y era de un año y quizas algunos meses, aun así creí que si debía morir no podía hacerlo sufriendo en una cama.

Hoy, un año despues leí un artículo sobre una clínica al otro lado de la ciudad donde hacían una práctica interesante; aquellas personas de enfermedades terminales o que quieran dejar de sufrir pueden ir y solicitar un tipo de inyeccion la cual te mataba tranquilamente y sin dolor.

Al leer esto sentí que esa sería mi solucion, realmente no quería seguir sufriendo ni que mis padres se preocuparan más por mí; razon por la cual decidí hablar con ellos, sí, mi madre lloró y mi padré se sentía muy mal, pero les expliqué que no tendrian que preocuparse, ya que yo me encargaria de todos los preparativos mientras estubiera viva además quería vivir feliz hasta mi último día, quería hacer las cosas que no iba a poder hacer y que prefería esta muerte a que lloraran por mi mientras estaba conectada en una máquina y llena de dolor.

Sé que mis padres me aman y esto les dolió pero aceptaron, solo tomé mi auto y me fuí a aquel hospital, me hicieron análisis para verifícar que realmente estoy en estado términal, me hicieron firmar muchos papeles y luego me pusieron a elegir el día de mi muerte, no quería que pasara demasiado tiempo para evitar un ataque repentino, sin embargo quería vivir mi último cumpleaños y así fue como este día 1 de agosto firmé que el día de mi muerte sería 23 de agosto, cinco días después de mi cumpleaños (19 de agosto), sé que no era algo muy lindo pero quería vivir cada una de las experiencias y una de ellas era mi último cumpleaños.

Luego de todos estos arreglos partí nuevamente a casa, claro, no sin antes pasar a una cafetería de la ciudad la cual me gustaba mucho.

Llamó mucho mi atención que había un chico nuevo trabajando aquí, se veia algo torpe pero sabía lo que hacía, este joven era mesero y casualmente me atendió a mi aunque tuvo un par de accidentes, todo fue perfecto y al final hablamos de todo un poco mientras bebía mi café.

23 díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora