-por favor, papá.-dije mientras miraba mis manos entrelazadas sobre el regazo.
-por Dios, ya me dices papá.-siempre lo llamaba por su nombre y sabía que era para que me dejara ir que ahora lo llamaba papá.-que diferencia hay en cenar con una amiga a tu familia, ¿porque no quieres cenar con nosotros?.-sería porque solo se habla de un tema y me ignoran, pero no se lo diría, no tenía el valor.
-no es eso, papá.-suspiré con mi inevitable sonrojo, levanté la vista a los intimidantes ojos de Charlie Swan.-solo es una cena.
-Charlie...-dijo mamá quién permanecía en la habitación a mi espalda, porque tenía que ser todo así con mi padre, siempre me sentía en una corte y a punto de recibir el veredicto.-estaremos solos.-le dijo sugerente, por favor, estaban solos todos los días de la semana, excepto los fines de semana que salía del internado en el que me tenían cautiva.
Tapé mi cara con ambas manos ante la vergüenza de escuchar a mi madre sobre estar con Charlie, en casa nunca se hablaba de sexo, era un tabú, tema cerrado.-está bien, te acompaño.-cedió mi padre, enseguida se levantó para llevarme a la casa de los Cullen, abrí los ojos con horror, no quería que me tratara como una niña, esta bien que tenía 16 años, pero tenía que soltarme un poquito.
-papá son tres casas más allá.-señalé en la dirección, tratando de tapar mi desespero, aunque la voz salió unos tonos más alto de lo normal y chillona.
-grrrrr...no me gusta, pero te miraré hasta que entres y me llamas cuando salgas.-asentí ya que estaba aflojando al dejarme salir.
En efectivo permaneció parado en la puerta de casa hasta que toqué el timbre, luego de eso no se que sucedió con mi padre, porque no le presté la más mínima atención.
Desde el interior se escuchó cuando hablaron.-deja que yo atiendo mamá.-por la voz inconfundible, sabía que se trataba de Edward, solo pronunciar su nombre de forma mental me hacía suspirar.
Abrió la puerta con una sonrisa matadora, aunque todo él era así, sus ojos verdes me recorrieron por completo y temblé ante el contacto inexistente, estaba perdidamente enamorada de él desde que lo conocí, pero no sabía que existía, ni me registraba, por eso cuando me miró no tuve otra que sonrojarme como idiota, faltaba que babeara, ante este pensamiento pasé mi lengua por los labios disimuladamente.
Todo se vino abajo con la misma rapidez con que subió al mirarme de esa forma, su sonrisa desapareció, volteó adentro de su casa y habló.-Alice es una de las niñas de tu escuela.-¿niña?, como podía ser que el ego o la autoestima estuvieran por el piso con solo una palabra, lo era, pero no quería que él pensara así de mí.
Apareció Esme en la puerta reprendiéndolo con un empujón en su hombro.-Edward compórtate, tu hermana ya se encuentra en el instituto, pasó la edad escolar, sé caballero.
-claro mamá, como digas.-rodó los ojos y luego me sorprendió por completo, tomó mi mano generando una revolución de hormonas, mis manos sudaban, mi estómago revoloteaba sin cesar y mi cabeza juraba que veía corazones y flores rondando con una tenue música de fondo, besó los nudillos haciendo una reverencia para que pasara a su casa.-señorita Isabella es un placer tenerla en nuestra casa esta noche.-habló pausado y sensual, nunca me gustó que me llamaran Isabella, con un simple Bella alcanzaba, pero escucharlo de sus labios fue deslumbrante, me hubiera gustado tener una grabadora para atesorarlo y escucharlo lo que dure la vida, además sabía quién era, internamente gritaba aaaaaaahhhhhh, sin poder creerlo.
-buenas noches.-susurré, porque realmente todo lo sucedido era más de lo que había esperado sucediera mientras estuviera en la casa de Alice, parecía que había sacado la lotería, me había tocado y pronunciado mi nombre, volaba en una suave nube con forma de corazón.
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LADRÓN DE ALCOBAS One Shoot (+18)
RomanceEdward Cullen es el conocido "ladrón de alcobas" por todos los medios informativos, perseguido hasta el cansancio por Charlie Swan, se mueve en las altas sociedades como un pez en el agua, pero nunca ha sido posible que lo atrapen, hasta que el jefe...