2. Hiromi

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-¡Gracias por tocar en nuestro cuarto aniversario! -exclamó contenta Muriel a la banda de rock que las acompañaba ese día,  (posterior a su colapso por el somnífero del té).

Se trataba de la celebración del cuarto año de la inauguración del Club, motivo por el cuál -también se le podría llamar pretexto- la ojiverde había invitado a "Necklace", banda de la cual era amiga y cuyo vocalista, Linder, era su interés amoroso.

Interés amoroso no correspondido, cabe aclarar.

-Ustedes tocan increíble, pero estamos de acuerdo en que esto fue un éxito gracias al apuesto Linder -volvió a decir Muriel, más coqueta, esperando la reacción de Linder, quien solo agradeció sin mucho interés.

-Dale un respiro, mujer -le dijo Laika atendiendo a los demás sirviéndoles la comida seguida de Shiori quien se ocupaba de llevarles el té.

"Necklace" se conformaba de cuatro miembros: el ya mencionado vocalista Linder, los hermanos mellizos Kitner y Vindex, y Hiromi.

Este último captaba en particular la atención de Shiori.

Tal vez no destacaba a lado de sus excéntricos compañeros; Linder vestía como lolita gótica a pesar de ser hombre, Kitner lucía un aspecto rudo y descuidado con su ropa gastada de cuero, y Vindex usaba un vestido negro con unas peculiares medias a rayas. Por supuesto, todos complementaban su estilo visual-kei usando pelucas y mucho maquillaje.

Era su comportamiento lo que le daba curiosidad.

Si la geisha novata tuviera que describirlo diría que era como una muñeca, pues fuera de tocar la guitarra en el escenario apenas se movía y no hablaba, en su lugar, se  comunicaba por él un murciélago de peluche que siempre llevaba consigo llamado Tami.
Otro rasgo distintivo era que cubría su boca y nariz con un cubrebocas blanco, cosa que ningún otro miembro hacía, como si quisiera destacar sus ojos de enormes pestañas postizas.
O quizá quería ocultar su cara.

Era taciturno y parecía estar siempre en su propio mundo.

-¿Se le ofrece algo más? -le preguntó, a lo cuál respondió Tami.

-No, gracias. Hiromi está bien.

-De acuerdo -y regresó a su sitio a lado de Laika.

La celebración había estado bien. La banda tocó unas cuantas canciones como regalo, y las geishas les daban de cenar como agradecimiento.

Aún era divertido estar con ellos.

El sol se ponía por la colina cuando los chicos decidieron partir. El condado de Brim, de donde eran, quedaba algo lejos de la ciudad Henkit.

-¡Gracias por la velada tan maravillosa! -Muriel se deshacía en halagos hacia Linder, mientras él se despedía junto con los demás.

-Seguro. Eh... gracias por la comida.

-¡Volveremos pronto, esperen por nosotros chicas! -se despidió Kitner, el animado del grupo.

-¡Yo esperaré! ¡1000 años si es necesario! -la emocionada Muriel parecía ir tan en serio que daba miedo. Le recordó a Shiori cuando Laika le decía que no le sorprendería un día oír en las noticias que el vocalista de "Necklace" fue secuestrado y cierta geisha aparecía con un costal de papas sospechosamente en la okiya del Club.

Finalmente, los cuatro se fueron, con el zaguán de la entrada cerrándose detrás.
La luz anaranjada del atardecer bañaba todo a su alrededor.

Subieron al auto, con Vindex al volante, y se dirigieron camino a Brim.

-Las verdaderas geishas se revolcarían en sus tumbas por solo esto... -soltó la chica gótica.

-Recuerda que son un intento de geishas mezclando otras culturas. Velo como un Club de animales exóticos con los qué entretenerse, Vin, no lo tomes en serio -contestó su hermano quien jugana un mini juego en su teléfono celular.

-Sí, ¿Qué más da que fuera un comedor occidental en lugar de un kotatsu? -comentó el vocalista a lado de Vindex, y por su tono no se sabía si estaba siendo sarcáatico o iba en serio.

Hiromi, en los asientos de la parte de atrás a lado de Kitner, miraba el atardecer por la ventana tan retraído como siempre. O por lo menos eso aparentaba.

-Además, -siguió Vindex- esa Muriel siempre te sigue ¿Pues que le dices?

-¿Bromeas? Este tipo no coquetea con nadie ni aunque le paguen. -río Kitner- Por eso nuestro fanservice de banda es tan limitado como los postres en la dieta de un idol.

-No sé, ni siquiera recuerdo mucho de la vez que nos conocimos -admitió Linder.

-Linder, eso es cruel.

-Simplemente no puedo memorizarme todos y cada uno de los acontecimientos que me hacen conocer a los fans. Son muchos y muy extraños, se enredan en mi mente como los fragmentos de un rompecabezas que no tengo tiempo de armar.

-Qué poético eres, loli travesti.

Llegaron a su lugar de origen y la baterista se encargó de llevar a cada uno a su hogar.

Ya estaban en el departamento cuando Hiromi y Tami se percataron de algo.

-¿No te habrás olvidado de tu paraguas en el Club, cierto?

El chico suspiró. Tendría que arreglárselas para regresar al día siguiente por su paraguas negro con dibujos de flores rojas y blancas.

-Distraído. Mañana les pides la dirección para ir a la okiya -le ordenó el peluche cuando entraron a casa- descuida, seguro te lo guardaron. Tal vez esa chica de pelo castaño que te estaba atendiendo se esté dando cuenta de tu olvido en estos instantes.

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⏰ Última actualización: Jul 27, 2017 ⏰

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Incluso las rocas erosionan por la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora