CP.1

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Me encontraba sentado en la banca, observando a mis amigos jugar, estábamos en los juegos de béisbol, me había invitado aunque yo me quise reuzar.

-Vamos Tae, juega un rato-Dijo uno de ellos.
-Jajaja no, gracias aquí estoy bien-Le conteste.
Oh vamos, anímate- me insistió.

No en serio, no quiero.

-En verdad, estoy muy bien aquí.
-Ahhh que te cuesta.

Por dios, si sigue así se me acabará la paciencia.

-suspire- ya que- Me levanté de la banca y me dirigí hacia ellos.

-Ten, prueba- Me dijo otro muchacho, dándome un bat.
-Okey, veré que tan bueno soy- Dije para después agarrar el bat.

Lo posicione entre mis manos y con la mirada al frente, esperando a que la pelota salga disparada.

1...2...3 BAM! La pelota salió.

Trate de moverme rápido para lograr darle.

¡mierda!

Falle, escuché como los demás se reían, y yo mostré una tímida sonrisa.

Otra pelota salió disparada, y otras vez fallé, me estaba hartando, mis amigos no dejaban de reírse y eso me estresaba más.

Tranquilo, relájate, no te descontroles.

Otra pelota salió y de nuevo falló.

¡demonios!

Saqué un gruñido del enojo que se estaba formando, y después, escuché algo que no tuvieron que haber dicho.

-Jajaja ¡Perdedor!-Dijo uno de los chavos, uno güero.- ¡no sabe jugar!- y todos estallaron en risas.

Sentí como se hervía mi sangre, ¡dios!, Me estaba escabronando demasiado.

*JA, que se cree ese estúpido*- pense.

-¡perdedor, perdedor!-volvio a decir.

Eso fue el colmó.

Golpie con todas mis fuerzas la reja con el bat, haciendo que este vibrara como gelatina.

-¡¿Qué es lo que dices?!-Grite-, mientras que con el bat en la mano me iba acercando a donde estaba.

Esto era lo que quería evita.

-Oye tranquilo-Me dijo ese mismo imbécil- sólo bromeaba- y posicionó sus manos como si tratara de detenerme.

-¡Bromeando!- dije para después, con el bat golpear la silla que estaba al lado de él-¡ bromeando, eh!- volví a decir-Sabés, ya me estás colmando la paciencia, y es más, yo ni quería venir a este estúpido lugar, me aburre, pero no no, no, no, tenía que insistir.

-Oye eso no es nuestra culpa no hubieras llegado, no es como si te necesitaramos- un silencio se formó, puede sentir como se tensaban los demás.

1 vamos, controlate 2 no lo hagas 3 respira.

* No es como si te necesitaramos * -se repitió en su cabeza, eso fue suficiente para despertar la locura dentro de mi.

Suspiré y ya no iba a ver vuelta atrás.

mi salvaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora