Capítulo XXVIII

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Semana veintisiete.

Aquella fresca mañana de junio los pájaros emitían gorjeos molestos a los oídos de Louis. La habitación no tenía ese aroma peculiar a rosas frescas ni esencia de vainilla al que se había acostumbrado, y tampoco percibía el calor del cuerpo de Harry detrás de él. La puerta de madera seguía cerrada, y él sabía que Harry no entraría con el desayuno en sus manos.

Había pasado una mala noche; despertaba constantemente sintiéndose incómodo e inseguro. Fueron largos minutos en los que la obscuridad, el frío y la soledad atrapaban a Louis y lo mantenían alejado de lo que alguna vez llamó hogar. Era algo abrumador y terrible, se sentía sofocado y fúnebre; como si hubiera perdido una gran parte de él mismo. Extrañó la reconfortante sensación de protección que solamente una persona le brindaba, extrañó escuchar sus calmadas respiraciones en su oído y el contacto de sus labios sobre su desnuda piel.

Fue la noche más larga de su vida.

Tomó asiento en el borde de la cama con lentitud, manteniendo una mano sobre su vientre y caminó enervante hasta la planta baja con el propósito de cocinar un poco, pero al llegar hasta el último escalón se llevó una no muy grata sorpresa.

En realidad era horrible la escena que estaba presenciando; sólo terminó por romperle aún más su débil corazón. Harry estaba tirado boca abajo sobre el sofá, su cabello hecho un desastre, parecía estar en una incómoda posición; hecho un ovillo y temblando ligeramente. Se sintió culpable; su corazón dio vuelcos al verlo así.

Titubea un par de segundos y camina hasta llegar a él, hincándose con dificultad y sintiendo su respiración agitarse.

“Harry” susurra con desasosiego, dirigiendo su mano a su espalda y dando suaves palmadas sobre ella en un vano intento de despertarlo. “Harry, vamos, tienes que ir a la cama.”

Después de minutos insistiendo, Harry despierta poco a poco y gruñe por lo bajo, sintiendo gran un dolor de cabeza. Louis lo mira con pena y se aleja un poco.

Le tomó unos segundos más para asimilar lo que pasaba; su vista estaba nublada, su garganta ardía y su boca estaba seca. Se sentía desorientado. Cerró sus ojos con fuerza y después los abrió con lentitud. Vio a Louis hincado, quien le observaba con detenimiento y decepción.

“¿Te encuentras bien?” Louis pregunta con voz suave, apoyando las palmas de sus manos sobre el reposabrazos del sofá y se impulsa para colocarse de pie, lo cual realiza sin mucho éxito pues terminó en la misma postura inicial, sintiéndose algo avergonzado.

Harry, aún sin responder algo, acerca sus brazos hacia el cuerpo de Louis y lo alza con sumo cuidado, como si de cristal se tratase, y lo ayuda a colocarse de pie.

“Ve a la habitación, a nuestra habitación.” murmura Harry con su voz ronca y casi inaudible. Se colocó de pie y caminó hasta la cocina, buscando entre los gabinetes alguna pastilla para aliviar su dolor. Louis permaneció de pie y algo confundido.

“Pero—”

“¿No me has escuchado? Ve a la habitación ahora.” Demanda. Las piernas de Louis tiemblan y esta vez teme por caer al suelo. ¿Por qué Harry se comportaba así?

Louis se acercó a Harry. Ni siquiera sabía el porqué, pareció una acción involuntaria y arriesgada.

“Louis, no estoy de humor y no te quiero gritar. No quiero hacerte más daño, por favor vete de aquí.” Esta vez implora, manteniendo su cabeza baja y sus ojos cerrados. El ojiazul intentó decir algo más pero no sabía cómo remediar la tensa situación entre ellos. No se rendiría tan fácil, después de todo las cosas estaban así por su culpa; o al menos eso creía.

Caminó sin decir nada hasta la habitación dejando solo a Harry, justo como lo había pedido.

Harry gruñó y dirigió sus manos hacia su desordenado cabello para dar unos tirones en señal de frustración. Caminó de nuevo hacia la sala para arreglar el desastre que había hecho en la madrugada... Aunque era una lástima que no pudiera arreglar el desastre que había hecho en su relación.




































Ay el capítulo me quedó muy mierda, pero espero que los haya hecho sentir mal e.e ayosh.

The IncidentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora