GOING CRAZY ━━ JUNGKOOK ©

three | boys

—¿Cómo te ha ido el examen?

Hyunrin gritó asustada, saltando como un gato. Puso una de sus manos en su pecho, en el corazón y miró al proveniente de la voz.

—¡Jung Kook! ¡¿Por qué me asustas?!

El menor se encogió de de hombros, cerrando la puerta aún estando apoyado en la pared —No era mi intención, pero ha sido demasiado divertido.

La chica rodó los ojos con un bufido, en aquella cara no había una pizca de diversión aunque su boca dijese lo contrario. Ella cogió su mochila del suelo aún con su pulsación acelerada.

—¿Para preguntarme cómo me fue en el examen hacía falta meterte en el baño de chicas, Jeon?—Alzó una ceja cruzándose de brazos esperando una respuesta.

La hora de antes tenía el examen por el cual se sacrificó todo el domingo en la biblioteca porque Jungkook no la dejaba estudiar diciendo que si seguía así lo que iba a sacar era un tres en vez de un aprobado como ella quería. Pasó de esas palabras y se comió el libro el día anterior, pero hoy en el examen fue como si todo el esfuerzo que puso se le hubiese ido, porque en la mayoría de las preguntas se estaba atascando y poniendo nerviosa. Y para el colmo, una de las preguntas la respondió en el ejercicio de abajo. Nunca más se quitaría sus horas de dormir de esa forma como la de ayer. Prácticamente todo fue en vano.

—¿Y qué más da? Solo entras tú en este baño —hyun lo miró aún con la ceja alzada y los brazos cruzados —No pienses que te observo, ¿eh? Lo sé porque todas van al baño del otro pabellón. Y a ti nunca te veo ir al otro —se volvió a encoger de hombros y también cruzó sus brazos —no preguntes más que me pones de los nervios, ¿qué tal tu tiempo perdido de ayer?

Hyunrin dio un suspiro y se miró en el espejo, apoyando sus manos en el lavamanos mientras agachaba la cabeza y se mordía el labio. —He suspendido.

Jung Kook chasqueó la lengua mirándola. Al principio le causó gracia, pero al momento llegó a sentir cierta pena por la mayor. Ella quería tener un aprobado e hizo todo el esfuerzo para poder tenerlo, arriesgando las horas de descanso tanto en casa como en el instituto. Lo que menos le gustó fue cuando escuchó que Hyun había soltado un sollozo. Estaba llorando y él estaba en la pared sin hacer nada. Era incómodo para él, pues, no sabía cómo animarla y tampoco quería mostrarse emocional con la pelinegra.

La joven se sentía como la mierda. Ya veía que su padre se iba a reír de ella y a despreciarla. Veía que le iba a decir que no tendrá nunca ese futuro con el que siempre soñó de pequeña. Le diría lo mismo o más que cuando repitió un curso. Hyunrin se atascó ese año por lo tanto lo perdió, e hizo que su padre sintiese vergüenza cuando los amigos suyos le preguntaban por su hija mayor. Ella sólo quería aprobar y demostrar a su padre que servía para algo, que no era ninguna rebelde irresponsable ni nada por el estilo que él pensaba. Pero no, todo ese bendito esfuerzo de ayer fue un malgasto de tiempo.

Sintió una mano en su hombro que bajó a su espalda para darle unas pequeñas palmadas, intentando consolarla.

—¿Por qué lloras?

—¿Porque he suspendido?—Le dio una respuesta irónica y sin levantar la cabeza abrió el grifo para lavarse la cara, ya se había calmado. O eso creía.

En cuánto se vio en el espejo, vio esas ojeras y esos ojos rojos de llorar, sintió más ganas de desahogarse. Se sentía asco. Inútil. Desprecio hacia sí misma. Quizás su padre tenía razón y ella no serviría para nada en esta vida, solo para el bar en el que futuramente sería despedida. Se veía como una completa idiota en estos momentos. Recordó todas las palabras que le decía su padre, lo cuál hizo que dejase de llorar para empezar a reír secamente.