Prólogo.

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Hola.

Sí, lo siento, soy así de seco. Hoy no ha sido precisamente el mejor día de mi vida.

Ah, mi nombre es Dylan O'Brien.

Escribo esto por la necesidad de contarlo y de que alguien que no me conoce lo lea y lo sepa porque estoy cansado de estar callado y de fingir.

Actualmente estamos de vacaciones en el sur de una de las múltiples islas de Hawaii. Fuera de casa, muy, muy lejos de casa he de recalcar. Aquí siempre hace buen tiempo y el día es más largo que la noche, aún no me acostumbro al cambio de horario, pero admito que es muy relajante perderse en las horas del tiempo. Nos estamos alojando en un pequeño apartamento lo suficientemente grande para mis hermanos y para mí, solemos ir a pasar la mañana en la playa y la tarde en la piscina.

Todo iba genial hasta hoy, hoy he debido levantarme con la pierna izquierda o he debido de hacer algo que cabreara a Dios de tal manera que ha decidido castigarme.

Es el último día que pasamos aquí y, por primera vez, he deseado estar de vuelta en Nueva York donde las lluvias abundantes solían disimular mis lágrimas de frustración..., pero esto no lo sabe nadie, porque Dylan O'Brien no llora nunca... o eso creen todos.

Voy a cenar y a tomarme un refresco, realmente necesito algo frío que me aclare las ideas para revivir estas fatídicas horas. ¿Me esperaréis hasta que vuelva? Y si no, de todas maneras lo voy a contar, tarde o temprano alguien lo leerá y mi esfuerzo por recordar (masoquismo) no habrá sido en vano.

Buenas noches y hasta dentro de un rato.

Mi tormento, mi pecado #DylmasNewtmasAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora