La mala suerte de Mashiro

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           Todo comenzó hace tiempo, cuando la tripulación del destructor Harekaze zarpó del puerto para luego ser atacadas por su instructora, su fuga y otras batallas que afrontaron hasta que el Harekaze finalmente, se hundió. Akeno Misaki, capitana del ahora nuevo Harekaze, se encontraba en una travesía de prueba junto a su tripulación en aguas abiertas.
—Rin-chan, ¿cuánto tiempo para que lleguemos? –preguntó Akeno, haciendo contacto con Rin.
—A-a esta velocidad de 20 nudos y la ruta trazada... En un par de horas –dijo Rin con un tono de nerviosismo.
—Gracias Rin-chan.
         La travesía siguió sin problemas, solo olas un poco altas pero nada que pudieran superar; el tiempo pasó y llegaron a su destino, un pequeño puerto en condiciones para poder reabastecer el barco y darle algo de mantenimiento, ya que el nuevo Harekaze tiene los mismos motores experimentales que el anterior, así que fallas no se hicieron esperar.
—¡Aaah! Odio estos motores experimentales –exclamó Yanagiwara dándole patadas a lo que tuviera a la vista.
—T-tranquila Yanagiwara, vas a terminar haciendo algo peor.
—Meeh, como sea, mejor vayamos por algo de comer que me muero de hambre.
          Yanagiwara y el resto del equipo salió de la sala de máquinas para ir al comedor y por supuesto, fueron las últimas en llegar debido a las reparaciones que estuvieron realizando.
—Oh, Yana-chan, finalmente salen de la sala de máquinas–dijo Homare con una sonrisa–. Descuiden, todavía queda para ustedes.
—Gracias... Homare –dijo Hirota soltando un bostezo.
—Jeje, en un momento les doy su comida.
          Yanagiwara empezó a mirar por todos lados por curiosidad y notó que Akeno, su capitana no estaba, creyó que ella aún estaba en el puente pero era raro ver eso.
—Oye Homare, ¿de casualidad no has visto a la capitana? –preguntó Yanagiwara al ver a Homare.
—No lo sé, se me hizo raro que no viniera, solamente vino Rin-chan por 2 platos pero nada más.
—Hmm..., está un poco raro, espero que esté bien la capitana.
—... ¡Oh! Ya sé, ¿por qué no le preguntamos a Mashiro-san? Ella de seguro sabe dónde está.
—Tal vez luego Yana-chan, hay que comer.
—Es cierto, creo que preocuparme por la capitana me quitó el hambre, jeje.
         Mientras tanto, Akeno se encontraba en un muelle cercano al del Harekaze admirando el atardecer, pensando en cierta chica de cabellera negra. Ella comenzó a dudar sobre su orientación, ya que cuando conoció a Mashiro, se le hizo una chica bastante hermosa, con el defecto de tener mala suerte, pero aún así, le atraía y por eso quería ser su amiga y conocerla mejor, pero esta vez era distinto, ella ya no la quiere verla como su amiga, sino como algo más, tal vez, una relación amorosa.
—Si tan solo sintieras lo mismo por mi, Shiro-chan –susurró Akeno un poco triste, fijando su mirada en el agua como si algo estuviese ahí–. Tal vez sea un poco pronto para decirlo pero, te amo Shiro-chan.
           Akeno se quedó por un tiempo más y luego volvió al Harekaze, más precisamente al puente, donde para su sorpresa, se encontró con Mashiro, que estaba cerca de la ventana con la mirada perdida sin mirar a un lugar en concreto.
—¿Que haces Shiro-chan? –preguntó Akane mientras se acercaba a Mashiro.
—¿Eh? Ah, capitana... Solo observando el paisaje.
—Jeje, no me digas capitana, solo Akeno.
—Pero es normal, eres la que manda aquí.
           Akeno se sonrojo mucho por las palabras de Mashiro, tanto que desvío un poco la mirada y obvio que Mashiro lo notó.
—Y-ya lo sé, pero prefiero que me digas así, s-somos amigas después de todo.
—E-es cierto, pero para mí no es correcto hablarle a un superior de forma muy corriente.
         Akeno se acercó aún más a Mashiro y la tomó de los hombros para poder hablar más cómodamente y esto hizo que Mashiro se sobresaltó, pero como sabemos, tiene bastante mala suerte, su equilibrio le falló y Akeno y Mashiro cayeron al suelo, quedando en una posición un poco comprometedora. Ambas estaba sonrojadas, de Akeno se entiende porque le gusta Mashiro, ¿pero Mashiro? Tal vez sería por la posición en la que se encontraban, ¿o quizás no?
—L-lo siento Shiro-chan –dijo Akeno apenada –, ya mismo me quito.
         Akeno estaba por quitarse de encima de Mashiro pero esta misma misma la detuvo, la tomó con sus brazos y la acercó a ella, tal vez demasiado. Akeno estaba muy nerviosa por el movimiento de Mashiro, y más porque su rostro estaba muy cerca del de Mashiro, ambas se miraban, poco a poco, se fueron acercando, escuchando sus respiraciones alteradas por el momento y los latidos de sus corazones.
—¿Dónde está capitana? –escucharon la voz de Kōko afuera del puesto de mando, rápidamente Akeno y Mashiro se levantaron y se separaron un poco, hasta que Kōko entró–. Oh, ahí está.
—¿Q-qué pasa Kōko-chan? –preguntó Akeno nerviosa.
—Es un telegrama de la directora. Lo que dice en pocas palabras, es que necesita de la presencia de la tripulación en Yokosuka... Aunque podría tratarse de una conspiración hacia nosotras... ¡Una verdadera batalla comenzaría!... –luego de varios minutos de monólogo, le dió el telegrama a Akeno y se retiró, dejando nuevamente a Akeno y Mashiro solas.
—B-bueno, iré al comedor –dijo Mashiro, caminando hacia la salida, deteniéndose  en el marco de la puerta–, ¿gustas algo?
—Gracias Shiro-chan, pero no tengo hambre, ve tú.
—Ok, n-nos vemos capi... A-akeno.
          Mashiro se retiró y dejó a Akeno en el puente, caminó hasta quedar a unos centímetros de una de las ventanas, viendo la oscuridad del mar, un par de minutos después se fue del puente y volvió a su camarote.

*Mientras con Mashiro*

         Mashiro estaba en el comedor ya con su comida servida, en una de las mesas, pensando en lo que había pasado, con solo recordarlo se sonrojaba. ¡Aaaah! Vamos Mashiro, contrólate, deja de pensarlo.... Maldición. Mashiro siguió comiendo aún con esa escena en mente, no podía sacarla de su mente. ¿Por qué tengo tantas ganas de besar a Akeno? No tiene sentido, ella es la capitana y es una chica... Menudo lío.
—Eeeeh... Mashiro, por favor no pienses en voz alta –dijo Minami que pasaba por ahí, sonrojada levemente.
—¡¿Eeeeeeh?! –Mashiro dió un brinco y calló al suelo, dándose un golpe– ¿Por qué tengo mala suerte?
—N-no lo sé, pero en serio, si tienes esos pensamientos con la capitana, reservatelos.
—L-lo siento, no se que me pasa, últimamente he pensado bastante en ella... Creerás que estoy loca, pero, en verdad no puedo evitarlo, no sé, p-pero he tenido algunos sentimientos encontrados... –Mashiro se levantó del suelo, se sentó mirando hacía Minami– En verdad no sé cómo lidiar con esta situación.
—Pues la verdad, yo tampoco lo sé, jamás he estado en una relación, pero sí que puedo decirte que le digas lo que sientes. Date un tiempo si quieres, pero díselo, así podrás quitarte ese peso que llevas ahora encima.
—Tienes razón. Gracias Minami.
—No hay de que... Ah, no te preocupes, guardaré tu secreto.
—Gracias.
           Mashiro giró su cuerpo hacia la mesa para terminar de comer, mientras que Minami se retiró a su camarote para descansar; mientras que Akeno, ella estaba en su camarote, escribiendo un par de reportes, mirando de vez en cuando 2 fotografías: una donde ella está con Moeka, y otra de Mashiro. Tal vez es algo ocioso de ella, pero no podía evitarlo, por más que lo negara, por más que intentara decirse que era mentira, por más que lo intentaba, ella amaba a Mashiro, una agradable sensación la invadía al estar junto a Mashiro. Al rato, Akeno terminó, apagó la luz y fue a su cama, pensado en una sola persona.
—Mashiro –susurró Akeno antes de cerrar los ojos, antes de entregarse a los brazos de Morfeo.

—Mashiro –susurró Akeno antes de cerrar los ojos, antes de entregarse a los brazos de Morfeo

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⏰ Última actualización: Sep 02, 2019 ⏰

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