thirteen

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Louis había decido que al día siguiente faltaría al trabajo pudiendo dedicar toda esa noche a su investigación sobre el rol de dominante y sumiso, tal como le había prometido esa misma noche que lo haría a Harry.

"La única regla es que todo sea consentido y placentero, que no sobrepase nunca las reglas del juego. Eso quiere decir que las esposas nunca deben hacer daño, que los azotes nunca deben ser golpes y que en todo momento te sientas totalmente seguro y se trate de un sexo placentero y divertido."

Se quitó los lentes y apartó la mirada un poco de la pantalla, procesando esas palabras en su cabeza. Aún le resultaba algo incómodo el proyectarse en la cama, actuando como un amo y decidiendo sobre las acciones del adolescente.

¿Qué tal si todo salía todo mal y Harry volvía a ser ese joven indefenso que encontró en el prostíbulo por su culpa? Jamás podría perdonárselo.

—Jodida vida —soltó, antes de volver a colocarse los anteojos para seguir leyendo.

"Ciertas palabras clave pueden dar comienzo al juego y otras dejar en claro que uno de los dos quiere que termine. Otras pueden expresar que quieren jugar más intenso y otras que prefieren que su pareja sea más delicada."

"Para meterte mejor en tu papel en los juegos de dominación te ayudará mucho tener un set de juguetes y accesorios eróticos adecuados."

—Suficiente para mi hoy.

Cerró todas las páginas y apretó en la opción de apagar la laptop. Dejó los anteojos sobre el escritorio y se levantó del asiento, dirigiendo sus pasos hacia la salida del despacho. Mientras subía las escaleras hizo tronar su espalda al sentirla tensionada y luego su cuello, escuchando el ruido que ambos hicieron.

Desvió levemente la mirada a la habitación de Harry, notando que las luces estaban apagadas, y entonces pudo relajarse por completo. Entró en su habitación y cerró la puerta, comenzando a desvestirse para sentir la comodidad de su pijama.

Cubrió su cuerpo hasta la cintura con las sábanas y cerró los ojos, perdiéndose en los brazos de Morfeo tras un estresante día.

—Señor Tomlinson —escucho su delicada voz en la oscuridad de la habitación, lo que lo obligó a despertarse.

—¿Qué pasa, ángel? —extendió la mano hacia el interruptor del velador, encendiéndolo.

Frente a él se presentaba la imagen de un tímido Harry, usando tan solo un suéter color violeta que le llegaba a la mitad de los muslos y ocultaba por un poco el bóxer que estaba usando.

the auction (l.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora