Juntos por siempre.

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Disclaimer: A matter of life and death pertenece a The snipster, este fanfic participa en el reto de la página de: A fanficker of Life and Death.

Al abrir los ojos lo primero que visualizo, fue la ausencia a un costado de la cama, se removió entre las sabanas color vino y toco con suavidad el lugar donde debería estar su compañero...sin embargo, no estaba; ni siquiera el calor de su cuerpo quedaba en aquel sitio. Des no había regresado desde la discusión que habían tenido, apretó sus parpados y sin pensar mucho en ello, Leo se levanto de la cama.

No se molesto en recoger ni alistar la litera, se dirigió por inercia, tal vez costumbre, al baño; Dejo que el agua lavara el cansancio de su cuerpo, el agua fría se deslizo desde su frente hasta sus tobillos. Presuroso y con los ojos cerrados, tomó una botella entre sus manos; al rociar el contenido sobre su cabello, un aroma entrañable inundo sus fosas nasales, el viaje que recorrió ese perfume de magnolias hasta su cerebro, lo hizo recordar al propietario de dicha fragancia...

—Tu cabello es muy suave, Leo— Decía Des sonriendo, mientras desparpajaba su enmarañado cabello; estaban sentados en el sofá de la sala, y su cabeza reposaba sobre las firmes piernas de su amante.

Leo nunca creyó que tuviera algo especial, sin embargo su compañero lo tocaba siempre con tanta pasión, adoraba las caricias que sus delgados dedos le brindaban, mientras le sonreía acalorado y lo hacía cerrar los ojos, con un beso en sus parpados.

—Tanto como tu corazón — le susurro en su oído, mientras un beso travieso era dado en su labios.

Respiro hondo intentando que el recuerdo durara más tiempo, sin embargo aquel término cuando la última gota de jabón se deslizo hasta la tarjea del baño; Al ya no sentir aquella esencia, Leo abrió nuevamente sus ojos, observando con tristeza, el envase de jabón; ahora vacio.

Mordió su labio inferior, y enrollo una toalla en su cintura, mientras tiraba a la basura la botella; seco rápidamente su cabello, y se vio por un instante en el espejo, mientras le regalaba una sonrisa a su reflejo y resoplaba en el hasta empañarlo, con su índice escribió en el cristal un mensaje: "Te amo".

Camino hasta la cómoda, tomando sus prendas para alistarse e ir por el desayuno, por un instante pensó en hacer la cama pero, algo lo detuvo y antes de salir por la puerta de la recamara, volvió el rostro un momento, y admiró la litera desordenada.

Sonrió con ironía mientras murmuraba: — Pensé, que te tocaba hacer la cama los martes. —Dirigiendo sin volver el rostro, sus pasos a la cocina.

Sacó de la nevera la leche deslactosada, mirando con una extraña mueca la caja, colocó el cereal en un plato y vacio la caja sobre de él;  De esta manera y con desgano, Leo empezó a comer.

El cereal escurrió por un costado de su labio, casi manchando su camisa, tomó un servilleta con rapidez intentando que esta no llegara a tocar su vestimenta, mientras alzaba la vista, esperando por la risa escandalosa de su siempre amado, Des; sin embargo el silencio lo hizo mantener la mirada fija en la silla vacía frente a él.

Se levantó de la mesa tirando la mitad del cereal que le quedaba en el lavabo, apretó sus puños mientras una terrible lágrima azotaba a su mirada oliva.

—¡Maldición!—Refunfuño, mientras reclamaba al aire, en un roto murmullo:— Todo apesta a ti, Des... —Se dejo vencer en el piso, mientras se hacia un ovillo.

Un ruido en el cuarto de ambos lo hizo levantar la vista, poniéndose de pie y corriendo hasta la habitación de ambos, abrió la puerta con desesperación; hallando sólo la ventana abierta y un ave picando el marco, que cuando lo vio emprendió la fuga, volando lejos de él. Miró con dolor el dormitorio; Todo estaba igual a como lo había dejado hacía unos instantes, la cama desordenada, el mensaje sin respuesta en el espejo, el mandil colgado en el perchero de abajo, la leche sin sabor que se había acostumbrado a tomar por Des.... Todo... por él...

Adiós.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora