"2023" es la primera parte de la bilogía TGM (Tercera Guerra Mundial), que se completa con "2024". Estos libros tienen relación con la saga Rebelión, pero se pueden leer de forma independiente sin problemas. Ambas sagas están publicadas por Edicione...
Llevo tanto tiempo encerrada en esta celda que ya perdí la cuenta. Creo que estamos en diciembre. Sí, todavía tiene que ser diciembre de 2023.
Esta habitación de altos muros grises se convirtió en una tumba para mí. Un pequeño tragaluz en lo alto de la pared es lo único que permite el paso de unos rayos de sol. Es imposible escapar: el tragaluz está surcado por barrotes de hierro y la puerta jamás se abre.
Mi celda no es más que una caja alargada de un metro y medio de ancho por tres de largo; solo cabemos en ella mi cuerpo extendido, un catre y un excusado. Me arrojan comida una vez al día por una parte de la puerta que abren solo con ese propósito y, a veces, cuando me bañan con una manguera. Preferiría que no lo hicieran: el fuerte chorro de agua helada me lastima.
No entiendo para qué me quieren viva. Todo lo que veo cada día es una mano cubierta por un guante negro que arroja la bandeja de comida —si se le puede llamar «comida»—, o la manguera. Si le hago preguntas, jamás contesta. No escucho voces ni lamentos de otras personas, y por más que grite, nadie parece oírme. Las paredes son a prueba de sonidos.
Debo confesar que la soledad es lo más insoportable, todavía peor que el hambre, la sed o el encierro. La soledad me llevó a dejar de comer durante dos días, prefería estar muerta. Pero entonces una voz resonó en mi memoria: «sobrevive». Y eso se transformó en mi único objetivo, en mi meta.
Un día encontré este cuaderno. Estaba escondido dentro de una tubería en desuso que quedó al descubierto por un trozo de pared roto. Tenía casi todas las hojas en blanco y un lápiz en el espiral. Solo un dibujo decora la primera página: una ciudad en llamas. Lo dejaré como tapa de mi relato, me parece que representa el quiebre de la vida. Esa vida que perdimos.
«Sobrevive», esa esla orden. Sé que moriré de todos modos, pero al menos, gracias a este cuaderno,podré contar lo sucedido a otros. Necesito que alguien lo encuentre algún día ysepa que alguna vez, en un mundo que quizás no sea el mismo que el suyo, vivióuna chica de aspecto corriente que se llamó Kate Wieland.
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