fourteen

10.1K 801 14
                                    

‎ ‏‏‎‎ ‏‏‎‎ ‏‏‎‎ ‏‏‎‎ ‏‏‎‎ ‏‏‎‎ ‏‏‎‎ ‏‏‎‎ ‏‏‎‎ ‏‏‎‎

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

‎ ‏‏‎‎ ‏‏‎‎ ‏‏‎‎ ‏‏‎‎ ‏‏‎‎ ‏‏‎‎ ‏‏‎‎ ‏‏‎‎ ‏‏‎‎ ‏‏‎‎

‎ ‏‏‎‎ ‏‏‎‎ ‏‏‎‎ ‏‏‎‎ ‏‏‎‎ ‏‏‎‎ ‏‏‎‎ ‏‏‎‎ ‏‏‎‎ ‏‏‎‎

‎ ‏‏‎‎ ‏‏‎‎ ‏‏‎‎ ‏‏‎‎ ‏‏‎‎ ‏‏‎‎ ‏‏‎‎ ‏‏‎‎ ‏‏‎‎ ‏‏‎‎

La mesa estaba cuidadosamente dispuesta. Dos platos idénticos, con una porción generosa de arroz acompañada de carne de res, cocida lentamente en vino tinto, emitían un aroma que llenaba la habitación con su calidez. Sin embargo, algo más capturaba la atención además del exquisito platillo: dos pilas de papeles, una frente al asiento de Louis y otra frente al lugar reservado para Harry.

Louis, con su habitual compostura, terminó de organizar los últimos detalles antes de alzar la voz desde el pasillo.

—¡La cena está lista! —gritó, sabiendo que no tardaría en escuchar el eco de pasos apresurados viniendo desde la sala.

No pasó mucho tiempo antes de que Harry apareciera, con una expresión que oscilaba entre la curiosidad y la expectativa.

—Cena y luego hablaremos sobre los papeles —anunció Louis mientras tomaba asiento, señalando con un gesto que hiciera lo mismo.

Harry, con la naturalidad de alguien incapaz de reprimir su curiosidad, se dejó caer en la silla, echando un vistazo rápido a la pila de documentos frente a él.

—¿De qué son? —preguntó, su voz cargada de interés mientras sus ojos recorrían los papeles.

Louis lo miró con una mezcla de paciencia y advertencia.

—¿Qué dije?

Harry bajó la mirada por un instante, como si hubiera sido sorprendido con las manos en la masa.

—Lo siento, a veces no puedo controlar mi curiosidad —se disculpó, esbozando una leve sonrisa que esperaba ablandar al abogado.

El silencio, si bien denso por un momento, fue pronto roto por la charla ligera de Harry. Parecía que no podía resistirse a compartir los detalles de las otras dos películas que había visto mientras Louis se ocupaba de la cena. Con entusiasmo, describió escenas, diálogos y, por supuesto, no pudo evitar mencionar que había terminado casi todas las golosinas que Louis había dejado en la sala de cine.

—Tendré que reponerlas en cuanto pueda —dijo, soltando una risita antes de tomar un sorbo de vino de su copa.

Louis lo escuchaba con una atención serena, asintiendo ocasionalmente. Pero había algo más en su mirada, una especie de determinación que se reflejaba en la manera en que sus ojos se enfocaban en Harry mientras este hablaba. Cuando el joven terminó su relato, Louis carraspeó ligeramente, un gesto que captó de inmediato la atención del muchacho.

the auction (l.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora