| ~ Otoño, Septiembre 22, 1890. ~ |
| ~ Es el primer día de Otoño, me siento maravillado por el cambio de estaciones, viendo como el año va acabándose y las diferentes maneras en que animales reaccionan al cambio. Comienzo este otoño de la nueva década con un diario, ya que últimamente he sentido la necesidad de compartir mis sentimientos
| ~ Normalmente, al empezar esta estación cuento con un divertido juego en el que yo y mi hermano menor contamos hojas secan que caen de los árboles y al final el que tenga más quema con una lupa las del perdedor. Pero, hay algo que me hace sentir insatisfecho con esta transición
| ~ Desde el año pasado, Abel ha dejado la escuela para poder dedicarse al 100% en su "don especial", el arte de la pintura y el dibujo. No puedo evitar decir que me siento celoso, ya que Padre y Madre lo idolatran como si fuera la misma Reina Victoria y me dejan a mí como algún perro. No saben apreciar que el arte no sólo se encuentra en lo que consideren como belleza, el arte es, en lo que tú mismo expreses tus sentimientos y ese es mi caso con las matemáticas.
| ~ En mi escuela he demostrado que mi razonamiento e inteligencia es superior a la de los demás. He sacado las mayores notas en matemáticas y biología.
| ~ A esto, quiero llegar que nadie puede llegar a comprender la forma de pensar de un genio, o sea, yo, claramente. Y mis emociones no pueden tolerar como todos son ignorantes y piensan de la manera más sencilla, pensando que lo saben todo, actuando con pedantería a pesar de que no saben nada. Todo el mundo piensa que todo se resolverá orando y yendo cada domingo a una Iglesia, pero en mi parecer, la contaminación en Londres no va a terminar ni aunque yo pida por ella a Dios y le rece más de un millón de Padres Nuestro. ¿God Save the Queen? ¿God save us all? Quisiera decirle a todo Reino Unido que eso no va a pasar...
| ~ Hoy, primer día de Otoño, decido hacer el juego de las hojas secas en solitario. He recogido absolutamente todas las hojas que he logrado encontrar y juntarlas todas en un montón. He robado dos biblias de la iglesia local y una de mi madre, las he colocado en las hojas de otoño. Esperé a que el reloj marcara las 8 en punto de la noche y cuando llegó el momento, procedí a lanzar un fósforo al bulto de hojas, causando así una hoguera. Pude ver como ardía página por página y me causó placer ver esas escenas frente a mis ojos. Veía como esas ideologías erróneas se convertían en nada más que humo y carbón. Si Madre o alguna Hermana de la iglesia se enterara de lo que hice, me lincharían y me dirían que nunca llegaría al Cielo y que ardería en el Infierno por la eternidad, pero, yo sé que no hay tal cosa como Cielo e Infierno. ~ |
Cain Amadeus, comete uno de sus peores pecados.
La noche llega y termina de escribir las primeras páginas de su diario.
El duerme sin arrepentimiento alguno.
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Cain's Last Sin
Mystery / ThrillerCain Amadeus es un muchacho de una familia reconocida en Inglaterra, el mejor matemático del que se pudiera haber oído hablar en Reino Unido, gozando de una inteligencia superior a la media, pero se siente frustrado por el hecho de que la ignorancia...