Si estás ahí,
en alguna parte,
ya sea escondida o atrapada,
dame una señal,
yo sí que intento salvarte.
Hagamos esto juntas,
hagamos que ya no duela.
Deja de morder tus uñas,
de romper hasta que sangre,
deja de saltar tu esmalte
que los continentes en tus uñas
puede que nadie los ame.
Tus ojos al amanecer
ya no son los mismos,
los has forzado demasiado,
los has presionado y restregado
la noche entera llorando
y esos gritos sofocados
te han dejado sin habla.
Eres cada vez menos tú
cuando llega la mañana.