La llegada de Eugenesia

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En la habitaciones se escuchaban los murmullos de los infantes, de que un bebe nuevo llegaría.

¡¡Nunca, jamas!! por aquellas cabezas inocentes ocurriría que aquel pequeño seria malo, o alguna amenaza, ¡no!. Simplemente esperaron con gran emoción al bebe que no sabían si era niño o niña, los veinticinco niños y niñas se asearon, se colocaron sus mejores prendas, se lavaron los oídos, lavaron sus bocas, cepillaron sus cabellos, cada uno se corto las uñas de las manos y pies, solo a la directora del orfanato se le hacia ridículo la actitud de aquellos "infantes asquerosos" como ella los llamaba, que tal emoción fuera por un simple bebe que les reduciría el pan, la leche, incluso el agua. Ese era el ultimo bebe que recibiría ese año, aquel engendro era un convenio con las monjas, y quizás el infierno en el orfanato.

El sonido de que alguien tocaba emitió un eco en la gran  mansión, la puerta que llegaba del suelo al techo madera algo podrida, el metal del borde de esta rechinaba, hasta el punto de que la Sr Mayers creía que la cabeza le estallaría saliendo así todo su cerebro, pulmonados y riñones, por insignificante motivo no dejaba que la puerta se abriera por mas de un metro. Esa tarde en la puerta se encontraba el renombrado Sr Bunny, con una cesta entre manos que arrullaba a una dulce niña de no mas de ocho meses de nacida que no paraba de llorar, la Sr Mayers al abrir cuidadosamente la gran puerta no dejo de suspirar por el Sr Bunny que jamas dejaba en casa su asqueroso aspecto; lentes de botella, dientes amarillos tan grandes como los de un conejo y con un mal aliento, todos los niños se formaron en una fila, al rabillo del ojo de la directora ella era la burla de todos los niños al ver como miraba al desagradable hombre con ropa de olor a perro sarnoso  mojado (como lo describían los niños cada vez que este los visitaba).

Francia (En curso)Where stories live. Discover now