Los focos deslumbraban a la joven periodista. Eran demasiados apuntándole tan solo a ella, y algunos brillaban con tal intensidad que reaccionaban sobre su piel en forma de calor. No estaba acostumbrada a estar en esa parte del escenario. Siempre se había dedicado a estar tras las pantallas, no en ellas. Era casi insoportable, pero su verdadero cometido hacía que mereciera la pena pasar por todo aquel paripé. Ahora era ella la entrevistada.
—Y dinos, Claire, ¿cómo te sientes al saber que serás la primera persona en viajar en el tiempo? —le preguntó con desmesurado entusiasmo la periodista. Claire podía notar como el maquillaje se derretía entre las arrugas de la mujer que pretendía aparentar la mitad de años de los que realmente tenía. Su pelo rubio teñido parecía demasiado rígido y seco para los tratamientos que estos millonarios de la comunicación podían costearse. Claire se preguntó por qué le daba a la gente por estropearse de esa manera tan barata y vulgar cuando todo el mundo estaba al alcance de sus dedos. Supuso que precisamente el dinero se hacía con ellos, aburriéndolos de lo ordinario y tradicional. A ella no le quedó más que esperar no acabar como ellos, pues pronto sería un componente más de ese mundo.
—Pues —recordó el nombre del programa; el Show de Brenda— verás Brenda, lo cierto es que la gente está muy equivocada, quizá no hemos hecho bien nuestro trabajo en comunicarnos —el plató entero estalló en carcajadas—. Mis compañeros de Ernetti ya han realizado varios viajes para su puesta a punto, hemos necesitado hacer muchas pruebas y años de trabajo, y, respondiendo a tu pregunta, estoy muy emocionada de poder ser yo la que se encargue de contárselo al mundo.
La presentadora se hizo la sorprendida.
—Oh, y cuéntanos, ¿a dónde habéis tenido la suerte de viajar?
—A sitios bastante menos interesantes de lo que la gente pueda pensar —sonrió jovialmente Claire—. Tan solo hemos tenido el placer de repetir un simple día de trabajo en épocas diferentes, desde viajar veinticuatro horas atrás, pasando por los inicios de la empresa, hasta llegar a una era en la que el edificio en el que trabajamos de la City aún no había sido construido.
—¡Vaya! Espero que no estuvierais dentro antes de trasportaros, he escuchado que hay que estar en el mismo lugar al que se quiere viajar.
—¡Eso hubiera sido horrible! Supongo que por eso nunca me dejan al mando de las operaciones, jamás hubiera tenido eso en cuenta —el plató vuelve a reír el chiste—. No, de hecho, así es. Somos capaces de desplazarnos en el tiempo, pero todavía no hemos inventado una máquina que sea capaz de tele trasportarnos.
—Quizá estemos hablando de un secreto de estado, chicos —la presentadora mira al público enseñando su dentadura de porcelana perfecta en una sonrisa aún más amplia—. Claire, mucha gente nos estará viendo hoy. Todos estamos deseando verte en acción, pero siento gran curiosidad por saber cómo diablos funcionan los viajes, parecen sacados de un libro de ciencia ficción.
Claire sonríe forzosamente. Estas preguntas no le correspondía a ella responderlas. ¿Dónde estaban los de su equipo técnico, ingeniero, científico... Aquellos que estaban preparados para responder sobre la parte teórica?
—Bueno, yo no soy ninguna científica, ni siquiera me interesa esa parte, nuestro equipo es lo suficientemente bueno para apañárselas sin mí...
Brenda vuelve a mirar al público, rompiendo en una nueva carcajada colectiva. Sin embargo, Claire continuó, esta vez sin acompañarlos.
—Había un tipo, un sacerdote benedictino, que se hizo famoso a principios de los setenta —decidió que esta era la única forma en la que ella podía responder, a través de la historia—. Él y su equipo de físicos decían haber logrado crear una máquina capaz de fotografiar el pasado: el Cronovisor. Gracias a esta máquina pudieron obtener imágenes de la vida de Jesús. Este hombre se llamaba Marcello Pellegrino Ernetti, y es quien dio nombre hace mucho tiempo a esta empresa. El trasto resultó ser una farsa, sin embargo, la semilla de este trabajo, incluyendo toda nuestra insistencia a lo largo de los años, se la debemos a este hombre.
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La pátina del tiempo [1939]
Historical FictionEl último avance en tecnología cronológica de Ernetti's Time Enterprises ha sido acaparado por los medios de comunicación de todo el mundo. Las pruebas de seguridad han finalizado y por primera vez en la historia todo el mundo podrá disfrutar de los...