No la verás desnuda
por más que no lleve ropa.
Podrás ver su piel
cuando te cuente sus secretos
más grandes:
Cuando por la noches
salgan lagrimas de su bocay por el día unas rosas algo marchitas.
Entonces,
cuando ella se abra completamente a ti,
cuando te cuente todo lo más insignificante,
tanto como importante,
allí será el momento en el que podrás estar seguro
de que la has visto desnuda,
centímetro por centímetro.