Erotofonofilia

225 26 3
                                    

La mínimas luces que se presenciaban en la oscura noche de Septiembre daban vista suave a los gritos lejanos de una joven siendo arrastrada hasta lo más profundo del bosque blanco. Los petalos de las blancas flores contrastaban con la oscuridad de sus aposentos dando rienda suelta a los divinos rayos que se reflejaban en sus petalos dando luz a su brillante color a la Luna, siendo esta espectante de los actos ilícitos que cometia una joven muchacha entre los árboles del desolado bosque; la joven confundida dejaba en plena vista sus lagrimas critalinas poseedoras del miedo que albergaba estar tan lejos de su hogar en plena noche del 4 de Septiembre, siendo su mayor miedo que su hermano no lograra encontrarla a tiempo, sus esponjosos cabellos castaños se encontraban revueltos tapando momentaneamente los utensilios que la muchacha de cabellos rubios afilaba para sus actos de satisfacción personal.

Lejana a la escena un joven de catorce años, hermano de la castaña aterrada, gritaba junto con una linterna el nombre de su hermana que habia sido secuestrada hace más de cuatro horas. Las esperanzas aun perduraban en su mente mientras la buscaba con ayuda de los oficiales y familiares.

Regresando con la joven, la rubia conocida como Jill daba rienda suelta a sus más bajos instintos humanos con las tijeras ya oxidadas por su contacto con la sangre de cadaveres ya masacrados anteriormente, dichas gemelas de metal se acercaban a la joven de ojos avellana, conocida como Dypper Pines, quien retrocedia con angustia y desesparación de su captora con tal de mantenerse respirando unos pocos segundos más de su clandestina vida como persona joven, los ojos ambar la miran con un brillo caracteristico de la exitación y el hambre hacia su persona que empezaba a surgir de su deseo de sangre y aniquilación que sentia por la muchacha aterrada. Llevaba ya seis meses vigilandola de cerca con tal de llegar a este momento, todos sus deseos se reducian a esto, llevaba mucho tiempo conllevando estas sadicas practicas con otras jovenes iguales con tal de darle el mismo trato a la que fue el amor de su vida por más de siete años, nunca supo que sus deseos de posesión llegarian a este punto de querer desangrarla en el mejor de sus momentos más oscuros, los golpes y maltratos se acabarian para la de piel blanquesina que temblaba ante la cercania de las enormes tijeras que cortaban con una fina presición sus largos cabellos dejandolos como si hubiera ido a un estilista por un corte, los cabellos cortados con atados y guardados en una bolsa de la habitación de la cabaña en donde estaban, si iba a deshacerse de las pruebas debia de al menos tener un recuerdo de su hermoso rostro, eso era todo lo que pedia la rubia de sínica sonrisa.

Las largas piernas de la joven, que se desnudaba en contra de su voluntad, eran largas a comparación con las piernas de la de piel bronceada, tan torneadas y esbeltas, suaves al contacto con sus manos, tan delicadas, similares a las flores de primavera que surgen de los jardines de la rubia en sus días de paz a travez de la ventana con cubierta de marmol en las mañanas frias de dicha fecha. Los cabellos tan suaves y recien cortados muestran una extención de los años de cuidado que tenian los tan envidiados rizos castaños, esas tijeras no eran merecedoras de esa cortada tan fina, pero no era como si hubiera otro utensilio factible para delicado trabajo. Las caderas tan firmes, sus curvas tan bien formadas como una ecuación tan facíl y a la vez tan difícil de resolver, las finas pestañas recubiertas de rocio a causa de la desesperación y el eminente llanto que brotó de sus ojos avellana a causa de su miedo y angustia. Las muñecas lastimadas por las cuerdas que evitaban su movilidad, tan lastimadas y mullidas, la piel roja como a punto de explotar en hemorragia, la tan extravanagante coloración en ellas, tan desesperadas por detener a la blonda que la privaba de sus prendas íntimas en estos momentos de amargura, las manos morenas contrastando con la piel blanca al pasarlas por esta terza piel que se erizaba al contacto con la piel contraria. Avellana y ambar se miraban fijamente mientras la sicosis y el miedo luchaban entre ellas con amargura de por medio.

Los labios hicieron contacto por primera vez dejando un sabor agridulce entre ambas, la rubia estaba revosante de felicidad, habia dado su primer beso con el amor de su vida, por otro lado la castaña sentido un sabor amargo en sus labios, no lo disfrutaba tanto como la blonda. Las manos fueron liberadas. Sin embargo no habia dicho movimiento en ellas. La joven que dejaba al aire su desnudez fue obligada a sentarse en la silla de madera que raspaba sin conciencia su delicada piel, Jill deseaba un lugar más comodo y reconfortable para su amada, pero con la frustración del mundo no pudo conseguirle algo digno para ella, no podia desperdiciar esa oportunidad y ya no habia tiempo. La buscaban y era peligroso salir ahora. La tristeza se reflejaba en los ojos ambar al ver a la albina tan incomoda y adolorida, no podia hacer más por ella, pero al menos ya podia cumplir su sueño. Con cuidado de no lastimarla más de lo que ya estaba la amarró a los apoyabrazos con cuerdas más finas entrelazadas para evitar su huida en lo que comenzaba con su acto de amor.

Unas pinzas de cobre arrancaban con presición los delgados dedos de la joven que lloraba de dolor al sentir como sus finos miembros eran arrancados sin piedad, no creia poder soportar más. La desvordante euforia que era expulsada de la joven de piel morena era inmensa, la felicidad de proporcinarle dicho miedo y dolor a su amada era una experiencia que para muchos podria ser traumática pero para la rubia era como jugar a ser Dios, ella era el verdadero ente a quien admirar, la única en poder decidir quien moria y quien vivia, su amada moriria de la manera más extraordinaria que pudiera imaginar su trastornada mente, la simple idea de desmenbrar su cuerpo hasta desangrarlo y ver por sus propios ojos como la luz de la vida le era arrebatada de una manera lenta y agonizante era sublime, un deleite para cualquier Dios.

¿O solo para esta Diosa?

Los gritos eran canticos ligeros para los oidos de la rubia, la sangre eran rios de sabia del árbol más viejo de la historia, sus lagrimas eran piscaz del ingrediente más delicioso, cubierto de todos los olores y sabores que alguna vez haya existido, su amada era el lienzo más delicado que alguna vez haya tratado, las demás chicas que pasaron lo mismo que su amada eran lienzos tercos, llenos de manchas y muy viejos, su hermosa castaña, su PineTree, era un lienzo virgen lleno de pura inocencia, la cual era arrebatada de sus extenciones al ser torturada por la desquiciada rubia. Las carícias, los moretones, la sangre, las lagrimas, entre otros elementos se escuchaban y apreciaban en el lienzo virgen que aun con todo lo anterior seguia con esa luz de esperanza en sus ojos, la rubia le tuvo piedad a esa joven castaña que aun con todo lo sufrido pedia en susurros que la matara, la rubia fue piadosa al darle una chispa de esperanza. Con solo jalar el gatillo la agonia del placer dado a la joven inocente se le fue de las manos, la rubia estaba satisfecha, el orgasmo más placentero que habia tenido hasta el momento, tomo un minuto de silencio y se dio la libertad de llorar aun con esa sínica sonrisa abordando sus mejillas. Habia matado a su amada por culpa de sus mas bajos deseos, pero aun así no se arrepentia.

Hizo un pacto en silencio, su última vez seria con esa joven que la miraba con sus vacios ojos, le seria fiel a aquella joven que derramó miel en sus manos y le dio una última sonrisa antes de irse, amaba a su niña, tanto así que la mato para que lo último que viera fuera su rostro. Ambas querian esto, su amada se lo autorizó, era el deseo de ambas morir en manos de la otra, sus trastornadas mentes se lo pedian, pero era obvio que solo una sobreviviria a su sádico juego. Fueron meses en los que planearon su última noche juntas, el secuestro era solo parte del plan para ocultar las evidencias de su apasionado crimen, la rubia recogió las piezas de su amada y las guardó todas en frascos con agua, ella guardaria sus partes y las protegeria así fuera lo último que hiciera, la cara de su amada se deformaba borrando esa hermosa sonrisa que tenia plasmada en su rostro, no deseaba eso para su amada, sacó los hilos y le plantó una sonrisa eterna en su rostro.

La puerta fue abierta estruendosamente dejando a la vista el cadaver de Maylon Pines sin dedos, con la mitad de su pierna derecha mutilada como una hogaza de pan, su cuerpo estaba lleno de moretones, moridas y sangre seca, sus vacios ojos miraban a la nada mientras en su rostro estaba una delicada sonrisa sostenida por hilos blancos que no se hacian visibles a causa de su piel, ignorando el macabro acto se podria decir que la joven dormia placidamente sin intensiones de despertar.

Jill Cipher nunca fue encontrada.

--------------------------------------------------------------------

Por estas cosas es que debo ir al psicologo :'v

La Erotofonofilia se trata del placer sexual al matar a alguien. Repito, Necesito un psicologo ;-;

♕Your Own Story | BillDip [Concurso PD]♕Where stories live. Discover now