Una nota triste es lo único que necesitaba para llorar... una única nota triste de una flauta o de un piano... quizás una sola mirada directa a los ojos bastaría para hacerme llorar.
Apreté la mandíbula, no estaba dispuesta a llorar. No quería llorar, pero mis lágrimas salieron sin siquiera darme tiempo a pensar en que momento comenzaron a derramarse sobre mi ropa.
No había terminado con mi novio, no me había peleado con mis amigas, no había reprobado el semestre. Sólo estaba rota. Quizás desgarrada.