Una noche.

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Esto no lo va a ver ni el Chavo.

Aclarando para que entiendan
Agustín: Agus.
Rubio, ojos... Verdes?
Octavio: Octi ajfvjsbfj
Pelo negro. Ojos nichotaidea.

Octavio tomó a Agustín de los hombros y en un movimiento brusco lo besó, por lo que reaccionó sorprendido, aún así correspondió con timidez. Su contrario jugueteaba con su boca, para Agustín se sentía fascinante aquel beso, así que tomó de la nuca a Octavio profundizando esa unión.
Ambos se dirigían al sofá, donde Agustín se subió encima de su contrario, a lo que éste tomó de las caderas al rubio, subiendo un poco, levantando ligeramente la camiseta de Agustín, generando que éste se estremeciera por las manos heladas del peli negro y gimió en los labios de Octavio, provocándolo.
Ambos torsos se encontraban desnudos, sus manos estaban frías y eran sensacionales las tocadas, provocaban cosquillas y era divertido. El rubio bajó la cremallera del pantalón de Octavio, para luego lanzarlo a quién sabe donde.

Narra Agustín (?).

Pude observar por la fina tela de su bóxer su miembro... Erecto. Me ruboricé en un instante, sabía que hacer, pero ésta era mi primera vez, a lo mejor lo estropeaba todo y no le gustaba.

-¿Quiéres que lo haga?- Comenté.

-Adelante.- Dijo en un tono lascivo, y con tan solo oír su voz me puse nervioso.

Lamí su miembro por encima de la tela, y luego bajé aquél suertudo trapo (Uyuyuy, Agustín está celoso de un bóxer.), dejándolo en... Algún lado.
Lo masajee un poco y di besos por la punta, pude escuchar los jadeos de Octi, parecía que le gustaba. Metí dentro de mi boca su miembro, estimulándolo con mi lengua, lo admito, sabía bien.

-Agus, que... Bien lo haces.- Mencionó titubeante, soltando deliciosos jadeos y unos cuántos gemiditos.

Pude sentir de repente como me agarró de la nuca, comencé a ser más rápido, notaba en su rostro como en cualquier momento se vendría, pero por sorpresa me detuvo. Lo miré extrañado.

-No me dejaste terminar.- Dije confundido.

-Yo quiero venirme en ti. Es tu turno Agus.~- Trague fuerte. Sabía lo que iba a hacer, lo sabía muy bien.

El se levantó del sofá, comencé a temblar, y me senté. El me miró y sonrió

-La próxima no seré gentil.- Mencionó divertido, Dios.

Sus manos recorrieron mi trasero, notó que temblaba, así que fue al punto. Dirigió a mi boca dos de sus dedos

-Lamelos.- Dijo, y fue lo que hice.

Cuándo él me detuvo, supe lo que seguiría, metió esos dos dedos en mi entrada, ligera y suavemente, lo que generó que empezara a soltar unos sonoros gemidos, lanzando mi cabeza hacia atrás, lo disfrutaba.
Comenzó a moverse, a veces hacía movimientos de tijera, y eso me encantaba, se sentía bien

-Ah, Octi~.- Pronunciaba en un tono lascivo. No tardó en llegar a mi próstata, me provocó que me sea difícil respirar a ese paso.

Narra el Seme Octih.

Llegue a notar sus pupilas llenas de lujuria, me encantaba su rostro, lo que causó que, para disfrutarlo más, aumentara un dedo más, y lo sentí temblar.

-¿Te gusta?- Dije, y éste asistió. Fui más rápido cada vez, para luego acercarme a su rostro y comerme sus labios, gemía en mi boca y era realmente fascinante.

-Ya estás preparado, ¿Seguro que quieres esto? Avisame si quieres que me detenga.- Mencioné un poco preocupado.

-Estoy muy seguro, quiero esto.- Dijo, y lo coloqué abajo mío, estaba de espaldas. -Voy a empezar.- Noté como al decir esas palabras, Agus tomo un cojín del sofá y lo apretó, ah, mi ternurita.
Entré en el, y vaya que estaba apretado, me quedé así por unos minutos para que se acostumbrara, y me empecé a mover, lentamente, aguantando mis ganas de romperlo.
Podía oír sus dulces jadeos, y notaba como no podía lograr guardarse los gemidos, comencé a rozar mis labios por su espalda, dejando unos dulces besos para calmarlo.

-Ve más rápido, por favor.- Lo oí decir en un hilo de voz. Y por supuesto, cumplí los deseos de mi princesa.

Narradora.

Agustín se sentía realmente adolorido, intentaba ahogar sus gemidos, pero le era imposible, sintió dolor y placer. En cambio, el peli negro buscaba la próstata de su contrario, quería que su primera vez fuera fascinante. Lo dio vuelta haciendo que el Rubio quede encima de él, y éste, con sus piernas temblando, empezó a dar saltitos algo débiles encima del miembro.

Octavio tomó a Agustín de la nuca y lo atrajo hasta sus labios, donde entrelazaban lenguas, y al alejarse un delgado hilo de saliva los unía. Las embestidas aumentaban velocidad, siendo profundas y placenteras tocando la próstata del rubio, quién ya no podía contenerse.

-Voy... A...- Dijo Octavio con una voz titubeante entre jadeos.

-Hazlo Octi.- Mencionó el contrario.

Fue en ese momento entonces, en el que ambos perdieron la virginidad.
Agustín fue rodeado por los brazos de su peli negro, quién besó dulcemente su frente, y cubrió con las (No tan) blancas sábanas. Ambos quedaron profundamente dormidos después de aquél festín.

~•~•~•~

Agustín, Octavio, perdonenme plocs.~

Conste que este borrador existe acá desde casi ya más de medio año. Da vagancia editar.


× Una noche. × {A&O, Oneshot.}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora