Y, ¿Si te digo te quiero?

Capitulo 1

Un día como cualquier otro Edmund se dirigía al Colegio, esta vez menos animado, pues, su moto aquella a la que tanto amaba se había averiado, la arreglaría al volver, ahora ya era tarde. Tomó el primer colectivo y se dirigió a clases.
 
  – Chicos, él es Marlon, su nuevo compañero – Dijo la profesora Sara.

   Cuando Edmund vio a aquel chico tan tímido sintió que debía protegerlo, algo que nunca había sentido, era una sensación tan fuerte que se apodero de él un chico duro e indomable.

     –Anda, Marlon, sientate en donde quieras, aun que no hay mucho que escoger. – Agregó la profesora.
   
    Marlon se acercó al lugar que le quedaba más cerca, era muy tímido como para buscar el de su conveniencia. Tenía que ser frente a Edmund, era el mas cercano. Al ver aquel rostro tan perfecto Marlon se quedo paralizado, observando su piel tan fina, una piel tan hermosa que pareciera que no conocía el dolor, sus ojos color café, café perfecto, pero que labios... Sus miradas se cruzaron en aquel momento, cuando Marlon observaba detenidamente cada parte de su rostro.

    – Marlon, ¿Está todo bien? – Preguntó Sara.
    – Oh, am, si claro, disculpe – Aclaró el chico algo tímido.

     «Vaya, jamás me había embobado así en un chico, y menos a plena clase, que pensara ahora de mi, que vergüenza...» Pensaba Marlon, mientras la profesora hablaba de cosas que él no entendía, estaba tan metido en su mente pensando en Edmund.
  
   – Pueden salir a descansar, la clase termino. – Dijo Sara

   Marlon se quedo ahí  sentado, tenía miedo hasta de levantarse, mientras, Edmund lo observaba silenciosamente por detrás, sacó uno de sus libros y solo lo abrió, para simular que leía, solo quería observar más...

   «¿Me estará viendo?, ¿Qué estará haciendo?... No, ya no quiero pensar más en él, es solo un compañero de clase como todos aquí»

   Edmund llego a casa y, sorpresa, nuevo vecino, si, Marlon, lo paso "Desapercibido" así que, decidió salir a arreglar su moto en ese momento, cuando el camión de mudanza estaba afuera, al igual que Marlon y su familia.
 
     Al siguiente día en clases todo paso igual y así, durante cuatro meses. Edmund se dispuso a hablarle, pues ya no podía más.
  
   – Hola, oye, podrías prestarme tu libro, es que lo he olvidado – Dijo Edmund tratando se sonar tranquilo.
   – Emm... ¿Yo?–Pregunto Marlon un poco confuso.
   – Si tú, quién más – Aclaro Edmund.            
  –Claro, ten – Respondió mientras le daba el libro.
   – ¿Irás solo a casa? – Preguntó Edmund.
   – Eso creo – Dijo Marlon un poco cortante.

     – Mm... ¿Crees que pueda llevarte?, bueno, solo si tú quieres, yo no me fió del bus escolar, y esta un poco lejos para regresar caminando – La voz de Edmund se quebró un poco.
   – ¿En tu moto?, de ser así prefiero caminar.
   – ¿Te molesta? No esta tan mal, pero si prefieres caminar adelante, yo pasare por helado y más cosas, ya sabes... – Edmund trato de sonar convencedor.
   – Solo por esta vez.
   – Bien, te veo a la salida –Dijo Edmund mientras se iba.

     «No puedo creerlo, le hablé, me habló, y me invitó a pasar un rato con él, si, ¿No? Si... Fue mejor de lo que pensé. No se porque me emocionó tanto eso, ¡Y es por un chico! Vaya... »