Al día siguiente me levante demasiado tarde, para ser exactos, al medio día.
Me alisté, y salí a caminar un momento, ya que eso me recomendó mi doctor. Me di cuenta que no había comido nada en todo el día.
Fui a un restaurante cercano, pedí mi comida para llevar, estaba tan abrumada que no tenía ánimos de comer en público.
Llegué a mi casa, comencé a comer, mientras veía un episodio de una de mis series favoritas. En cuanto terminé, mi celular sonó.
Andy: Hola, ¿ya lista?.
Emma: ¿Ya es hora?, apenas son las 3:31 pm.
Andy: Ya estoy aquí.
Emma: Eres muy impuntual. Dijiste a las 4 pm.
Andy: ¿Estar desde antes es ser impuntual?, yo creo que no.
Emma: Si, ser puntual es llegar a la hora exacta.
Andy: Buen punto. Tienes que venir, tengo un café americano en mis manos con mi nombre en él, ¿perderás la oportunidad de tener el tuyo con tu nombre?.
Emma: En unos minutos estoy ahí.Me apresuré a arreglar mi cabello, mi ropa, e incluso mi maquillaje, que era muy natural. Y entonces hice una pausa... ¿Por que carajo me estoy arreglando para ver a un chico?. Salí de mi departamento, y posteriormente del edificio.
Camine unas 3 cuadras hasta llegar al Starbucks.
Y ahí estaba él. Camisa blanca, jeans negros, un look muy casual pero capturó mi atención la forma en la que tocó su cabello cuando dirigió sus ojos hacia mi, pude notar que tenía unas gafas junto a él. No podía esperar a verlo con ellas.
Tenía ojos pequeños, nariz fina, mejillas flacas y rosadas, y una boca preciosa, adornada con un lunar en el lado izquierdo de su boca. Tenía labios carnosos muy bien formados.
En verdad era el mismo chico del antro de unas semanas antes. Guapo y observándome de nuevo. Me estaba dando cuenta que se veía aún mejor con luz de día. No pude evitar tocar mi cabello para evadir mi nerviosismo. Su mirada era hipnotizadora, como si me obligara a acercarme cada vez mas. Y lo hacia, caminaba hacia su asiento.
—Hola, señorita.– dijo mientras se levantaba para después estrechar mi mano, sus manos delicadas y la forma en la que sus venas adornaban la parte superior de éstas. Era claramente mucho mas alto que yo, calculé 1.80 metros y tantito más.
—Hola, joven.– dije mientras estrechaba su mano, y obviamente, lo observaba.
—Pensé que no vendrías.– dijo sentándose y haciendo una seña para que yo también me sentara. Pude notar que había dos cafés en la mesa, y uno tenia escrito mi nombre.
—Tienes esa costumbre extraña de pensar negativamente antes que sucedan las cosas, ¿cierto?.– dije. Soltó una sonrisa discreta, mientras tomaba el café con mi nombre y lo acomodaba delante de mi.
—No del todo, pude deducir que no te resistirías y vendrías a ver al chico que no te dejaba de mirar.– hizo unas comillas con sus dedos.
—Que buen café venden aquí, ¿verdad?.– dije, cambiando de tema, evité aceptar algo que él estaba afirmando con toda seguridad.
—Si, de mis favoritos, nosotros distribuíamos antes a Starbucks, hasta que ellos cancelaron el contrato.– dijo.
—Seguro tu trabajo es un lugar fascinante, ¿puedo hacerte una pregunta?.– dije.
—Claro, con toda la confianza del mundo.– aceptó.
—Siempre he tenido curiosidad, ¿las empresas de café huelen a café?.– y de repente me sentí el ser mas estúpido en el universo. Él soltó una risa, y me hizo sentir peor.
—Verás, yo estoy en el edificio de la administración, si tenemos bolsas de café ahí, pero no huele exactamente así, a menos que alguien encienda la cafetera. Mientras nadie haga eso todo esta tranquilo, sólo huele a café en el área de molido y empaquetado, pero eso es dentro de la fábrica.– explicó, con calma.
—Gracias, por alimentar este pequeño cerebro.– dije.
—De nada pequeño ser, y ten por seguro que esto no fue un "mansplaining".– dijo, con ternura.
—Claro, no te preocupes, vi que te tomaste la molestia de pedir un café en mi nombre, literalmente.– comente mientras tomaba el café. Él me miraba y asentía con la cabeza mientras tomaba un sorbo de su bebida.
—¿Podemos salir a caminar un rato?.– preguntó. Me quede pensando un momento.
—Vale, esta bien.– acepté.