Capítulo Uno: "ser diferente puede causar problemas".

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Mi nombre es Federico.
Siempre fui afeminado, y siempre me molestaron por eso.
No soy gay ni pertenezco a la comunidad lgbt, por ahora. O al menos eso pienso.
Creo que estoy confundido.
Suelo usar suéteres rosas y pantalones salmón, pero siempre está algún comentario tonto como "es una nena".
Tampoco me gusta jugar al futbol. No me gusta el deporte. Me gusta cantar, bailar, y pintar, y por eso hoy en día soy discriminado y considerado prototipo de persona homosexual, según la sociedad.
Para sumarle peso, mi papá es homofobico, machista y vive generando estereotipos sobre personas o etiquetando.
Siempre que voy al colegio me pegan, siempre me dicen "deja de caminar como mariquita" "tenes voz de maricon" y muchas cosas estupidas.
Se aprovechan porque soy débil, porque todos ellos tienen músculos desarrollados y yo no. Es que nunca en mi vida toqué una maldita pelota de fútbol o rugby. No me interesa.
Una vez, en el colegio obviamente me abrieron la mochila y encontraron mi libro favorito "el fuego en el que ardo" de Mike Lightwood que es sobre la homosexualidad y al verlo, me lo destrozaron.
Lamentablemente no pude hacer nada. Y estoy decepcionado de mí mismo.
                                          •••
-que cagada ser así.- dije en voz bajita, cuando me acosté en la cama ya para dormir mientras recordaba todo esto.
Para variar, mi papá y mi mamá estaban discutiendo, no sabía porque, seguramente por la televisión ya que mi papá está acostumbrado a ver sus estupidos partidos de fútbol mientras se mancha con cerveza.
Y la verdad que eso a mi y a mi madre nos pudre.
Se la pasa gritando y es algo molesto.
A veces me da asco.
A veces mi familia da asco.
A veces me doy asco.
A veces me da asco como soy.
Y a veces me da asco no tener la valentía de terminar con toda ésta mierda ahora.
Recuerdo que tengo en mi cajón unas cuchillas guardadas.
Hace meses hago esto. Si, hace meses decidí cortarme.
Por algo uso mangas largas siempre.
Entonces, mientras escucho los gritos de mis padres, agarro las cuchillas, me pongo a pensar en que nadie me quiere, me acomodo los auriculares, pongo música de ColdPlay y recurro a cortar.
Ésta fue la primera vez que lo hice en mi cuarto, siempre lo hacía en el baño.
Me da igual como me quede el cuerpo, si nadie me quiere ni querrá, quizás mi madre pero no me no me basta ya que la veo poco y cuando la veo la veo triste. Como yo.

Me gusta mucho la fotografía y vivo sacándole fotos a flores o cosas bonitas. Y por eso, según mis compañeros, soy raro o diferente.
Muchas personas me dijieron que ser diferente es mejor. Pero no, ser diferente hizo que no tenga amigos. Que no tenga nada. Que no tenga una pizca de felicidad.
A veces me pone triste no tener los ojos de nadie para buscar respuestas.
A veces me pone triste no tener a nadie que sea como yo.
A veces me pone triste ser "raro".
A veces me pone triste no tener a nadie.
A veces me pone triste seguir vivo.

Me ahogo pero nadie lo ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora