Capítulo tres: "stalker invisible"

20 1 0
                                    

Tres meses después
Que duros 3 meses. Mis brazos siguen con cicatrices, mi madre con moretones en la cara, mi padre borracho, nada cambió. Sigo solo. Completamente solo.
Me quedé pensando en la chica que lloraba, que por lo qué sé su nombre es María.
Me gustaría ser su amigo, pero ella ya tiene a su mejor amiga, Tiara, que creo que no me soporta (como todos).
Entonces, decido entrar a Facebook e investigar a las Marias que estén en el grupo del colegio.
Entonces, encuentro un perfil que evidentemente era el suyo.
La stalkeo y veo que subió una foto besando a una chica, cosa que me hizo pensar que es lesbiana o bisexual. La foto me dio mucha ternura y furia a la vez porque yo no podía hacer eso por miedo. Maldito miedo que me atormentó todos los años, meses, semanas, días,minutos y segundos de mi vida que ni siquiera los quiero. Miedo que obliga a ocultarme por el que dirán.
Ignoro la foto y sigo stalkeando. Veo que hace varios meses recibió malos comentarios por su canal. Entonces lo busco, y veo que sus videos no son malos, no se porque la critican tanto.
Tal vez por la misma razón que me critican a mí, porque sí. Algo hipócrita,¿verdad? Si.
Ahora se qué no me necesita, porque tiene novia y apoyo de sus suscriptores. Es más, creo que ya no la molestan. Oh, retiro lo dicho... recuerdo que hace unas semanas golpeó a un chico de 3ro que la molestaba, y la verdad que tiene razón en haber hecho eso.
                                    •••
-¿Por que estoy tan jodidamente solo?- dije mientras lloraba y me cortaba.
Preferí limpiar todo e irme a dormir ya.
Dormí al rededor de 3 horas nada más, por el hecho de que me desperté y estaba sudando. Pesadillas. No otra vez. Recuerdo que las pesadillas eran algo así:
Mis brazos abiertos de cicatrices, pero no era yo quien se cortaba y mataba de a poco, era mi padre, el colegio, mi depresión, las personas que me molestan y odian porque sí.
Estaba tirado en el piso. Todo mi cuarto estaba oscuro. Lo único que se podría lograr ver eran mis lagrimas y mi sangre.
Entonces de la nada aparece una persona. Una chica.
María, que se ofrece a sanar mis heridas.
-hola.- dijo.- vengo a ayudarte.- extiende su mano para levantarme.
Me levanta y la abrazo.
-Gracias.- dije, con un tono de voz triste pero agradecido a la vez.
- no hay de que. Pero ahora deberás volar solo. Te daré un empujón como ayuda, vos podes.- Me dijo en forma de aliento.
Sabía que no iba a poder. Pero lo intente.
En el momento que trato de volar, una mano enorme corta mis alas.
Era la mano de mi padre, de mi depresión, del colegio, de mi soledad, de las personas que me odian y hasta de mi mismo. Era la mano de todo la mierda junta que soy, todo lo que no puedo ocultar.
Y entonces vuelvo a caer. Y no encuentro a Maria para salvarme.
Vuelvo a caer en ese pozo horrible de depresión.
                                       •••

Me ahogo pero nadie lo ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora