-Malfoy, Skyler.
Un nudo se instaló en su garganta, pero aun así tomo un poco de valor para nada digno de Godric Gryffindor y caminó hacia al taburete. Su hermano mellizo Scorpius acababa de ser seleccionado para Slytherin, todo un orgullo para su padre, suponía. Se sentó, aun temblando un poco con los nervios a flor de piel y el Sombrero Seleccionador fue colocado en su cabeza por un buen rato.
‒Uhmm, Malfoy ¿Eh? Supongo que por ley debería de gritar Slytherin como lo acabo de hacer con tu hermano, pero... ambos sabemos que tu no perteneces a esa casa. Veamos. Amable, considerada, cariñosa, estudiosa, demasiado amable... podrías estar en Ravenclaw, pero ahí no lograrías tus metas, demasiado reservada y tímida para Gryffindor...‒Seguía temblando, el miedo le recorría las entrañas. Se aferró mas al taburete.‒Tu legado familiar es Slytherin, Skyler Malfoy, sin embargo... ¡HUFFLEPUFF!
El Sombrero Seleccionador fue quitado de su cabeza, y con una sonrisa tímida, caminó a la mesa de la que ahora sería su casa, su nuevo hogar. El Gran Comedor estaba en silencio, la razón era obvia. Una Malfoy en Hufflepuff, una noche difícil de olvidar. Con más miedo que valor dio una mirada a su hermano, quien anteriormente se encontraba conversando felizmente con sus nuevos compañeros de casa, hasta que su hermana fue seleccionada en Hufflepuff. Su mirada fue claramente una de reproche, descontento, infelicidad y decepción. El corazón de Skyler se encogió, le dolía. Si así era la mirada de su hermano, ¿Qué esperaba de su padre? Intentando ignorar el nudo en su garganta, y las pequeñas lagrimas estancadas en sus ojos, se sentó en la mesa de su casa, donde por fin fue recibida con aplausos y uno que otro grito, ella solo sonrió, pero la mirada que le había dado Scorpius le seguía dando pulsadas al corazón.
Todo Hogwarts estaba seguro de que esa noche sería inolvidable y sería el tema de conversación de más de uno. El segundo hijo del reconocido Harry Potter en Slytherin y la melliza Malfoy en Hufflepuff.
Sería un año difícil.
Era viernes, y Skyler Malfoy caminaba hacia su sala común. Acababan de terminar su ultima clase, la cual era herbología con el profesor Longbotton y con eso empezaría su primer fin de semana en Hogwarts. Dijo la contraseña y paso directo a su habitación, saludando a algunos compañeros de otros grados solamente con la mano.
Si bien y era su primera semana y no le podía haber ido peor. Su padre y ni siquiera su madre se habían dignado a escribirle una carta, lo más doloros era saber que a Scorpius sí, pues había visto más de una vez a la lechuza de la familia Malfoy dirigirse a la mesa de Slytherin. Con Scorpius era peor, el chico ni siquiera le dirigía la mirada y eso a Skyler le dolía hasta el alma. No había echo amigas porque ¿Quién podría confiar en una Malfoy? Si bien eran Hufflepuff su amabilidad para los demás no era suficiente, aún y así ella derramara chocolate, parecía no bastar. Skyler creía que tal vez era porque pensaban que ella juzgaría su estatus de sangre o algo así, pero, ¿Quién de Hufflepuff hace eso?
Se tiro boca abajo en su cama, su compañera, una chica que ni siquiera la había mirado, no se encontraba ahí y en una pequeña parte de Skyler agradeció miles de veces, para simplemente dejar sus lagrimas caer con facilidad. Llevaba toda la semana conteniendose y sentía cada vez mas que ya no podía. Tal vez un cambio de colegio no le haría mal. Tal vez Beauxbotons tenía un mejor destino para ella, pero ¿Como hablar de eso con sus padres si ni siquiera habían contestado la carta que les había enviado el miércoles?
No se molesto en cambiarse el uniforme, solamente se quedo dormida, tal vez lo necesitaba.
Era lunes otra vez y una nueva semana en Hogwarts empezaba, Skyler se levantó como normalmente lo hacía y empezó a cambiar su pijama de ositos por su uniforme, aliso la falda, acomodó el cuello de su camisa, seguido de su corbata, abrochó sus zapatos y por ultimo se puso la túnica. Dejó su cabello liso, como era normalmente y a las 8:25 bajó de su habitación para dirigirse a el Gran Comedor y dirigirse a su mesa con una sonrisa. Saludó a algunos y se sentó en el primer luegar vacio que vio, como cualquier mañana, Skyler no tenía demasiada hambre así que solo tomo una manzana verde, y mientras la comía, llegaba el correo, no se entusiasmo ni en lo mas mínimo, pues sabía que no llegaría algo para ella. Sin embargo mo pudo evitar ese sentimiento de felicidad al darse cuenta de que por lo menos su hermano mellizo estaba bien con sus padres. Eso le animo bastante el día.
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MALFOY TWINS//HARRY POTTER 3RD GENERATION
FanfictionDemasiado amable para ser Malfoy.