Viernes por la noche, al fin Viernes... El día que todos o al menos la gran mayoría esperamos para poder descansar un rato después de una semana caótica, para poder reunirnos con amigos, familia, ir al antro o en el mejor de los casos quedarse en casa viendo alguna serie popular, por cierto, me llamo Max y por si te lo preguntabas, sí, soy gay (no, no de esos que suben videos a YouTube confesando su orientación). Pero bueno, suficiente de mi (por ahora), todo esto ocurrió uno de esos Viernes deliciosos, esos que te saben a "Ya no voy a regresar a mis actividades hasta no sé cuando" ahí estaba yo, en el famoso metro de la Ciudad de México a las 10:00pm, sólo podía observar a todo mundo corriendo alrededor de mi, caminando con una prisa infernal como si fuera el último día de sus vidas, unos gritan, otros pareciera que no pueden desprenderse de su celular y otros tantos fajan esperando el siguiente metro....
De algún modo, me encanta que todos sean tan egoístas, encontraba fascinante poder desplazarme por todos lados como un fantasma, silente, sutil ¡y con unas ganas tremendas de hacer de todo!
Cuando el metro llegó lo único que podía pensar era "¿será esta la noche en que encuentre al amor de mi vida? ¿Será hoy el día menos pensado?" porque desde hace tiempo es lo que más me repiten "El día menos pensado el hombre correcto llegará a ti". Yo sólo finjo escucharlos con atención pero realmente me encuentro fantaseando con ese amor que tanto deseo, con experimentar esa explosión de emociones, de sentir esas mariposas en el estómago que tanto presumen. En fin, cuando llegó la hora de abordar el vagón, ¡OMG!, lo primero que veo es a un hombre de aproximadamente 23 años, robusto (de esos que te pueden arrullar con sus abrazos), no muy alto, cabello castaño y ondulado con unos ojos hermosos, me quedé frío pensando en una sola cosa: "¡MIERDA! ¿Será que alguien como él se pueda fijar en mi?".
Me armé de valor porque no estaba dispuesto a dejar a alguien como él irse, entonces lo único que hice fue verlo y casi de inmediato volteó también a verme... ¡Fue casi como telepatía!, mi piel se erizaba y mi corazón comenzaba a acelerarse mientras lo veía pararse y caminar de una forma muy seductora hacia mi. Realmente no esperaba que eso sucediera en cuestión de instantes pero tampoco tenía intención alguna de que se detuviera.
El momento llegó, se acerco a mi para saludarme de una manera tan diferente a la de otros hombres con un elegante "Buena luna, no pude evitar voltear a ver a alguien con una mirada como la tuya, además, disculpa el atrevimiento pero me pareciste muy atractivo" (para este punto yo estaba que me quería aventar de un avión y gritar ¡NO PUEDE SER QUE EN VERDAD ME ESTÁ HABLANDO!), mi respuesta (un tanto patética) fue: ¿Qué te tomas? (ya sé, que pena), nuestra charla continuo durante al menos 8 estaciones pues yo debía regresar a casa a tiempo, aunque los únicos que me esperaban eran mis peces pues jamás hay nadie más allá de ellos y de mi habitando ahí.
Cuando me bajé, gentilmente el decidió acompañarme hasta los torniquetes de esa estación sin decir una sola palabra, sólo me tomó de la mano para decirme: "Espero verte pronto, por ahora te doy mi número para que sigamos en contacto".
Al llegar a casa no podía creer lo que acababa de pasar, lo más cliché fue haber mirado el reloj y darme cuenta que marcaba las 11:11pm, buen momento para pedir el deseo de volver a verlo y poder repetir esa amena conversación en algún momento, jamás me había sentido tan desconcertadamente feliz. Pero no fue hasta la mañana siguiente que le envié un mensaje por WhatsApp y ¿qué creen que pasó? así es, se me enterraron las dos increíbles palomas azules. Pasaron minutos, horas, DÍAS y nada, él simplemente no respondió más y yo evidentemente estaba que me llevaba el tren de la depre pero total, la vida seguía y no era la primera vez que esto me pasaba.
Llegó un Viernes más a mi vida, afortunadamente tenía todo el día libre para mi pero por algún extraño motivo tenía una corazonada, tenía la sensación de visitar nuevamente la estación donde conocí a este "hombre misterioso" para ver si de pura casualidad lo volvía a encontrar así que me arreglé, salí de casa y me adentré en las entrañas de la ciudad. Eran aproximadamente las 3:30pm cuando estaba al fin en dicha estación, pero esta vez quería hacer algo diferente, quería experimentar viajar en el último vagón del metro, pero jamás pensé que esa sería la peor decisión de mi vida pues fue ahí, justo ahí donde volví a verlo, arrodillado ante otros hombres, siendo esclavo del deseo y la pasión, siendo víctima de la promiscuidad, dándome cuenta que además de hacer lo evidente también estaba desvistiéndome con la mirada ignorando que mi corazón se rompía poco a poco y no por el hecho de presenciar lo que estaba ocurriendo sino más bien por el hecho de haber idealizado todo lo que pudo haber pasado después de esa charla tan cálida, de esa primera impresión tan atenta que me vendió y que estúpidamente compré.
Viernes por la noche, al fin Viernes... El día que todos o al menos la gran mayoría esperamos para poder descansar un rato después de una semana caótica, para poder juntar los pedazos de las ilusiones destruidas, para reflexionar sobre las decisiones que tomamos o en el peor de los casos, para unirte a un nuevo estilo de vida que no esperabas pero que aparentemente era el único consuelo que te quedaba al ya no alcanzarte el amor.
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PROMISCUIDAD
Random¿Es a caso el sexo el único consuelo que nos queda cuando ya no nos alcanza el amor? Al menos en el caso de Max pareciera que lo es...