CAPITULO 1

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Lo que fue olvidado un dia.

Éran aproximadamente las tres de la madrugada cuando mi celular sonó, era el número de Jenifer, mi esposa, pero algo no andaba bien, había una gran interferencia debido a las fuertes lluvias. Eso no fué problema para que escuchara una respiración algo agitada que me indicaba que algo estaba mal. Jenifer no había llegado de su viaje a casa de su madre y era muy probable que se quedara a dormir con ella.

Minutos después de que descolgué el teléfono y de un gran silencio fúnebre, se escuchó una voz muy débil, como de un niño aterrado por haber visto una sombra en su ventana.

-¿se...se encuentra el señor Freman?-

Del lado donde sonaba esa voz aterrada se podía percibir mucha interferencia y mucho ruido de personas gritando y moviendose de un lado a otro.

-Si soy yo, ¿quién habla? ¿Cómo consiguió este número?- pregunté muy intrigado
-¿este es el número de su esposa cierto? ¿Su celular es blanco con una funda negra?-

Era cierto, el número era de Jenifer y su telefono tenia esas características, algo andaba muy mal.

-si, este es el número, ¿que pasó con ella? ¿dónde esta?-

-discúlpeme por tener que decirselo...- hubo una pequeña pausa que se me hizo eterna -su esposa murió en un accidente en la carretera principal-

Esas palabras me impactaron, ¿cómo era posible que siendo tan tarde ella quiera manejar por una carretera?, ella no es así. si pasan de las 9 pm no manejaba.

Terminé de hablar con la persona que había tomado el telefono de Jenifer, lo último que me dijo era que tenía que ir a un pueblo que estaba a media hora de mi casa para que revisara el cuerpo, antes de colgar escuche por un momento la voz de Jenifer diciéndome "te veré pronto mi amor" ese pequeño sonido me erizó la piel, me levanté de la cama y me trate de vestir.

Cada minuto que pasaba me hacia recordar los momentos que pasamos juntos, sus besos, sus abrazos, sus dulces palabras. Recordé inclúso las peleas que tuvimos, y me arrepentía el haber peleado tantas veces con ella por cosas insignificantes como el no encontrar las llaves del auto, o el simple hecho de llegar tarde por mi trabajo y no avisarle.

Sentía que mi corazón iba a salirse de mi pecho, escuchaba todas las conversaciones que tuve con Jenifer y sentía que estaba conmigo, me estaba poniendo muy ansioso, no quería verla recostada en una camilla, con una bolsa cubriendo su cuerpo, y sus heridas con sangre seca, emanando un olor a metal.

El viaje se me hizo eterno, pero finálmente había llegado. Me hicieron esperar un momento en lo que revisaban los papeles que contenían los nombres de las personas... no... de los cadáveres que habían sido llevados en el transcurso de la noche. El nombre de Jenifer estaba en uno de ellos, decía que murió por múltiples golpes y una hemorragia producida por un vidrio incrustado en su brazo derecho.

Me llevaron al lugar donde se encontraba el cuerpo de mi amada esposa, un lugar frio y silencioso, la encargada me guió por varios pasillos semi oscuros y estrechos. Sentia que un escalofrio recorria toda mi espalda.

Después de varios minutos llegamos a los cubículos donde contienen los cadáveres listos para analizar la causa real de la muerte. La encargada abrió una de las puertas y saco una plaqueta de metal con una bolsa negra que tenia un cierre en medio.

-Éste es el cuerpo de la mujer que llegó esta noche por un accidente en la carretera principal- dijo la encargada -necesito que me confirme si es ella su esposa-

La encargada abrió la bolsa y dejo al descubierto la cara de mi esposa, con su cabello negro y lacio desarreglado y cubierta de sangre seca por la parte de la frente y los ojos, era verdaderamente una escena dolorosa.

-Si- confirme -ella es Jenifer-

-Bien señor Freman eso seria todo por ahora, después de la autopsia le daremos mas detalles-

Salimos de ese escalofriante lugar y regresamos a la recepción, me despedi amablemente de la encargada y sali de la morgue para llegar a mi auto arrastrando los pies.

LETRAS MALDITAS©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora