"If you like it, do it."

Josh bailaba casi rozando sus narices, porque parecía que ebrio, no conocía la palabra "espacio personal". Aunque no es como si la conociera sobrio de todos modos.

Louis quería divertirse esa noche con todos sus amigos; de la infancia, de la preparatoria, de fiestas. De la mierda que fuera; amigos. Era agradable pasar un rato con ellos y mejor aún en su cumpleaños número dieciocho, junto a una botella de Jack Daniels en su mano.

Se balanceaba con sus ojos cerrados, disfrutando la sensación del desinhibismo en plena pista de baile; sonreía, porque le gustaba. Una de sus manos estaba en alto, enseñando su botella como si este fuera un premio.

- ¿Disfrutando?

Una voz cargada de profundidad, raspada y grave, le hicieron abrir los ojos y bajar su botella, pero no cesó el contoneo.

- Si, claro que si. –Sonrió. – ¿O es que acaso una persona no puede disfrutar de su propio cumpleaños?

El desconocido, alzó una ceja y sonrió. Ahora estaba más cerca.

- ¿Te gusta esta clase de diversión, cumpleañero? –Louis se acercó, colocando su brazo sobre el hombro del chico más alto y llevando su mano hasta la nuca, acariciando los rizos que allí se encontraban.

- Me gustan muchos tipos de diversión. También conozco muchos.

Sonrió más ampliamente.

- ¿Ah, si? ¿Cuáles serían esos?

- Eres atractivo... no me molestaría ir al cuarto de arriba.

Louis conocía un cuarto oscuro en el segundo piso de la disco, había solamente una tabla que hacía como mesa, unida a 3 de las 4 paredes. Era un lugar pequeño, incómodo... pero se afirmaba a la idea de llevarle consigo.

- ¿Cuántos años cumples?

- Dieciocho, así que soy libre de hacer lo que quiera.

No pudo dejar de mirar esos atrayentes y delgados labios.

- ¿Nombre?

- Louis, pero llámame Lou.

- ¿Eres virgen?

Louis se sonrojó.

Puft

Por supuesto que lo era. Podría ser gay, pero no estúpido; no se dejaría por cualquier hombre. Pero, ahora estamos hablando del Louis ebrio.

- No. –Mintió. – Obviamente no. –Sonreía y no sabía realmente porqué.

El otro chico le besó, pero fugazmente. No como el más bajo hubiera querido.

**

Louis quedó en bóxers negros, uno de esos pequeños y que no dejaban a la imaginación. El extraño, que ahora se llamaba Harry, le subió a la especie de mesa frente a ellos, quedando Louis contra la pared. Era algo delgado la especie de mesón allí, así que sólo cabía el cuerpo de Louis.

- ¡Ah, no me aprietes! –Exclamó, horrorizado por la cantidad de placer hirviendo a llamas altas en sus venas. El rizado prácticamente le clavaba sus uñas en su cintura, mientras besaba su cuello. A diferencia del castaño, Harry parecía calmado, pero su respiración agitada y su fuerte agarre le delataban.

- Eres tan jodidamente sexy... –Le suspiró, causando un escalofrío que llegó hasta la última vértebra de sus huesos.

- Mh, fóllame ya.

- Quiero chupártela antes, nena.

Harry se levantó y con su mirada fría, penetró a Louis. 

Fue como una especie de encanto, sus ojos no podían perderlo, pero rápidamente aquello se rompió cuando el ojiverde sacó su polla de los bóxers y empezó a chuparle, sin remordimientos. Su lengua se deslizaba arriba y abajo, por absolutamente todo el tronco; llegando a la base, succionaba y Louis gemía.