—Por favor Logan —insistió por 3 vez Nick, mientras caminábamos por la calle, iluminada a estas horas por el atardeciente sol.
—¡Ya te he dicho que no! —espeté— he salido ya con 4 chicas y no pienso salir con ninguna más.
—¡Por dios Logan! ¡Eres uno de los chicos más codiciados de la escuela! ¡Y lo serias más si cambiaras ese humor tuyo! —dijo he hizo una pausa para dar un vistazo a su alrededor, luego vio lo que parecía una cafetería a unos pasos más adelante de nosotros y murmuró con un peculiar brillo en los ojos;— Ahí es.
—¿Es esta cafetería a la que querías venir? —pregunte cuando estábamos por entrar.
—James me dijo que sirven un pastel delicioso y que las meseras son muy bonitas eh eh eh —decía mientras me daba codazos y me dirigía una mirada pícara.
Dentro de la cafetería no había muchas personas y menos a esta hora de la tarde, así que nos sentamos en una mesa cerca de la ventana.
—He estado pensando... —empezó a decir Nick en tono serio.
—Vaya que milagro — le interrumpí
—He estado pensando que tú necesitas a alguien dulce... —prosiguió pero le volví a interrumpir
—¿Porque necesitaría a alguien así? Yo estoy feliz así como estoy —me defendí, aunque sabía que aunque le dijera mil veces él seguiría con su idea de "encontrar el amor de mi vida" a pesar de que no necesitaba a alguien. Yo simplemente estoy bien con mi soltería y definitivamente no "necesito" a alguien para ser "feliz"
—No mientas se te ve en la cara que necesitas a alguien a quien amar.... Ámame —dijo con falso tono romántico.
—Nunca había presenciado una propuesta de amor tan hermosa...
Fruncí el entrecejo y mire hacia la chica que estaba frente a nosotros, con las dos cartas de menú abrazadas sobre su pecho.
—Solo somos amigos —aclaré.
—¿Por qué lo ocultas Logan —dijo Nick dramáticamente
—Ok oh aclaras todo esto o me largo de aquí —dije parándome de la silla, cansado de todas las estupideces que decía Nick.
—Ok solo somos amigos, le estoy ayudando a encontrar a su media naranja, a su alma gemela, al amor de su vida—dijo Nick explicándole a la chica pelirroja
—Oh... Entiendo... —contesto— Pero se ven lindos juntos, en fin ¿qué van a ordenar ?
— Yo un pastel y una malteada de chocolate—dijo Nick
—Un café sin azúcar — pedí
La chica se fue dejándonos solos, Nick volvió a hablar.
—Entiende que necesitas a alguien en tu vida.
—El amor solo es un falso sentimiento, no es más que una simple emoción.
—¡Deja de decir tonterías! —espetó Nick— Así no es el amor. Tal como decía el célebre escritor Picasso; "El amor no se puede definir, definir es limitar y el amor no tiene límites" —dijo con aire intelectual.
—Picasso era un pintor...— dije, aunque creo que no me escuchó porque en ese momento llegó la chica con nuestras bebidas.
Suspiré y mire a Nick, mi amigo de la escuela, muy diferente a mí con su divertida y extrovertida personalidad. Era conocido en la escuela por ser el "consejero del amor" y organizar citas a ciegas, de hecho la mayor parte de los encuentros que tenían las parejas del colegio las organizaba el. Según decía Nick "El amor cambia a las personas", y como ya casi no había parejas a las que juntar, desafortunadamente puso los ojos en mí y dijo; "Oh vamos a arruinarle la vida a Logan"
Bueno en realidad no.
No estuvimos mucho tiempo platicando, ya que un rato después Nick fue a la barra de la cafetería a pedir un postre pero se quedó platicando con las dos chicas que atendían. Por lo que me quede solo, ya que no me apetecía unirme a ellos.
Me levante de la silla y me dirigí con la chica que nos había atendido anteriormente para pedirle la cuenta, después le pague y me disponía a salir cuando Nick me llamo.
—¿Ya te vas? —pregunto a lo que yo respondí afirmativamente— ¡Espera Logan me voy contigo! —grito cuando salí, pero yo no le preste atención y seguí caminando con Nick corriendo detrás de mí.
Era ya un poco tarde cuando al fin llegamos a la calle que quedaba cerca de mi casa, de pronto Nick se detuvo en seco.
—Logan... —dijo con un tono de voz y mirada seria.
—Si?
—No te enojes, es por una buena causa— dijo con nerviosismo.
—¿De qué estás hablando?
—¡Tú cita es mañana a las 4:30! —respondió antes de echarse a correr en dirección contraria.
Me quede ahí parado, en medio de la calle, viendo como mi amigo desaparecía y lamentando tener un amigo tan persistente en el amor como él.
