Cero.

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Narradora.
Y como todas las mañanas Lea entro por el gran portón de la preparatoria, camino hacia el salón donde le correspondía y se sentó en uno de los pupitres de en medio, dejó su mochila a un lado y se recostó sobre el pupitre.

–Desvelándose de nuevo, señorita Montelo—Lea se incorporó rápidamente al escuchar la voz que provenía de su maestro de matemáticas, el señor Mendes.

Le regalo una sonrisa adormilada y respondido ante el comentario.

–Em si, la maestra de arte nos dejó mucha tarea de investigación y la termine muy tarde—volvió a sonreírle a al hombre que había anhelado por tanto tiempo estar a solas con ella y hablarle.

–Y que me cuenta señorita, ¿tiene novio? Porque déjeme decirle que es usted bastante linda para no tener novio.

Lea se sonrojó ante lo que el maestro le había dicho pero también la hizo sentir incomoda ya que ningún otro maestro se había acercado a ella haciéndole esa clase de pregunta o diciéndole algo así.

–No, no tengo, prefiero enfocarme en estudiar y hechar desmadre con mi grupito, perdón por la palabra—Lea sonrio esperando a que su maestro ya no hiciera alguna otra pregunta.

Shawn estaba apunto de hablar cuando otros compañeros de Lea entraron, se sentaron en su respectivo lugar y él tuvo que terminar la platica.

–Bueno señorita espero que tenga un gran día—se despido y se fue no sin antes escuchar como Lea le regresaba un leve gracias y provocará que toda la piel de Shawn se erizara.

Este se acomodó el saco y se volvió a sentar detrás del escritorio. Durante toda la clase no pudo parar de observar a Lea y eso a ella la intimidaba la hacía sentir incomoda pero sólo trataba de ignorar aquello que sentía, pensaba que solo era producto de su imaginación y debía ignórarlo.

Todo el día transcurrió normal pero Shawn estuvo impaciente durante el día esperando llegar a su casa y que nadie lo interrumpiera, ya que lo que había visto en la primera clase lo había calentado por completo.

Durante el tiempo que estuvo observando a Lea vio justamente cuando su falda se atoró con el pupitre provocando que se levantara y mostrará una parte de sus blancas bragas, está la bajo rápidamente y se sonrojó al instante.

Shawn no pudo borra aquella imagen durante todo el día, en cambio espero todo el día para por fin llegar a su casa y masturbarse placenteramente pensando en la imagen de su ingenua e inocente alumna, que había deseado desde el primer momento que la vio cruzar el portón, el primer día de clases.

Ella se había vuelto su obsesión y estaba dispuesto hacer lo que gira para hacerla suya y lograr que gimera su nombre todas las noches.

Teach Me; Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora