Uno.

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Shawn.
Y me encontraba yo, observando detenidamente a la adolescente que provocaba que me excitara con tan solo ver sus piernas o escucharla reír.

Me levante de donde estaba sentado y camine hacia la bolita de en medio, esa bolita donde Lea era la líder y ellos la obedecían, camine directamente a su pupitre y los interrumpí.

–Esta es la tercera llama de atención—levante la voz pero no al grado de gritar, observe a Lea y esta se intimido ante mi acción—se irán a detención saliendo de clases y el que no se quede estara reprobado en mi materia—todos gruñeron ante lo que había dicho pero la única que no protestó fue Lea, seguía intimidada ante mí y eso me hacía sentir autoridad sobre ella.

»–Y Lea, antes de ir a la sala de detención quiero que me busques en el último salón, tengo que hablar contigo sobre tu comportamiento, ¿entendiste?—Lea asintió nerviosa y observe como metió sus manos entre sus piernas, observe el camino que recorrió hasta llegar a ellas y suspire, tenía que controlarme

Regrese a mi lugar y me senté, la observe desde mi lugar, sonrei interiormente al recordar cómo se intimidaba ante mí y un escalofrío recorrió mi espalda.

Incline mi cabeza hacia atrás cerrando los ojos y suspire, tenía que controlarme.

Lea.
Salimos de la ultima clase y todos los chicos se estaban poniendo de acuerdo para no ir a detención pero lamentable te no me podía ir con ellos y pasarme las palabras del profesor por el arco del triunfo ya que si no iba a buscarlo sería buscarme problemas con el mañana a primera hora.

Todo el grupito me hizo burla por la ñoña decisión que habia tomado, les mostré mi dedo de en medio con una sonrisa en mi rostro y fui en busca del profesor.

Llegue al salon donde el profesor me habia dicho que lo buscara y toque suavemente, escuche un leve pase y entre cerrando la puerta detrás de mí.

El señor Mendes me señaló el pupitre delante de él, camine hacia él y me senté.

–Tu calificación en mi materia ha bajado Lea—hablo directamente el señor Mendes, trague en seco—creo que tendré que hablar con tu madre Lea—dejó la hojas en el escritorio y me miro—tú eres una alumna de excelencia y el relajo te está llevando a lo peor.

–¿Encerio estoy bajando de calificación en su materia? Es que usted es el primer maestro que me dice algo como esto—respondí nerviosa. Cuando estaba con él me sentía débil e incómoda.

–Solo es en la mía supongo, tu comportamiento tiene que cambiar—se levanto y camino hacia donde yo estaba, se sentó junto de mí y me miro—te propongo algo, no hago que bajes de calificación con una condición—trague en seco y asentí para que continuara—te deseo tanto Lea y solo tú me puedes dar lo que quiero.

Comenzó a acariciar mi muslo y me tensé, levanto mi falta y siguió acariciando mi músculo hasta llegar a mi feminidad, estaba hecha una estatua estaba en shock ni siquiera lo detuve, sentí como hizo a un lado mis bragas e introdujo un dedo en mi.

–La condición es esta Lea, serás mi bebe, mi niña. Me complacerás en todo y te follare como se me dé la regalada gana—introdujo dos dedos en mí y no pude seguir contendido los gemidos que amenazaban con salir de mi garganta.

Observe como el señor Mendes tensaba la mandíbula al escuchar como gemía, sacó sus dedos de mí y yo aproveché para cerrar las piernas, me levante de donde estaba sentada y camine hacia la puerta, pero fui demasiado lenta.

El señor Mendes me alcanzo y me acorraló contra la puerta.

–Esto tiene que quedar entre nosotros Lea—me tense—no le pedes decir a nadie lo que acaba de suceder.

–Esto está mal, mi madre lo sabrá todo—tome un poco de valor y lo intente empujar de mi.

Grave error, no se movió ni un centímetro. Me tomo de la cintura y me jaló bruscamente pegándome a su cuerpo.

–Tu no dirás nada Lea—me tomo del trasero y me pego aún más a su cuerpo si es que eso era posible.

Comencé a temblar me sentía débil, no sabia como salir de aquí, esto está mal esto no debe de pasar.

–Por favor, suélteme—gimotee—no diré nada pero ya no se vuelva a acercar a mi—el señor Mendes me miro por unos instantes y me soltó.

–¿Por qué no solo aceptas y ya? Jamás te lastimaría—me miro fijamente y quede atónita.

–Esto está mal—susurre un poco audible—si llegara a aceptar y nos descubren nos iría muy mal a los dos, y esto está mal, usted es mucho más grande que yo y de seguro ha de tener esposa e hijos—soltó una carcajada y me miro.

–Eres bastante inocente linda, si yo tuviera una familia no estaría aquí justamente en este momento—se cruzó de brazos.

–Si acepto, ¿qué gano?—pregunte.

–No bajaras de calificación en ninguna materia, te compraré lo que quieras  y todo lo que me pidas te lo daré—se sentó en uno de los pupitres que estaban cerca y me miro

Lo mire por algunos minutos y pensé en su propuesta, tenía miedo pero sabía que si me negaba todo sería diferente ahora, ya no lo iba a poder ver de la misma forma y ante su presencia me iba a sentir intimidada, dude algunos segundos pensando en lo que iba a decir, no sabía si era correcto pero esto estaba definitivamente mal.

Teach Me; Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora