Cap. 1

28 0 0
                                    


Era un día como cualquier otro, estaba senada en el curso mientras mientras la señora Mason mi maestra de Trigonometría explicaba un nuevo tema, no me agradaba mucho la Sra. Mason, siempre vivía de mal humor y nos dejaba unos trabajos para quedarse despierta toda la noche haciéndola. No estaba prestando demasiada atención ya que mi mente estaba divagando pensamientos de un chico alto con cabello cobrizo.

-Bella, podrías decirme la respuesta de esta ecuación? – Pregunto la profesora.

Yo no pude articular palabra alguna, solo sacudí mi cabeza en señal de que no sabía la respuesta. No es que fuera mala estudiante ni nada parecido, de veras me esforzaba por prestar atención pero así siempre había sido media distraída con respecto a las clases.

-Alguien podría decirme la respuesta a esta ecuación? –Pregunto de nuevo la profesora.

En el salón domino un silencio incomodo, al parecer no era la única que estaba distraída, y quien podría culpar a mis compañeros, era clase de trigonometría avanzada una asignatura que no es muy popular en chicos de dieciséis años.

-Después nadie me diga porque se les quedo la materia. –Dijo la profesora en un tono exasperado y furioso.

Sonó el timbre justo a tiempo para la hora de receso, salí para dirigirme al comedor y como siempre encontré a mis amigas esperándome en uno de los bancos del comedor.

-Hey Rose, como estas? – Salude a mi amiga que me recibió con un fuerte abrazo y una sonrisa amplia. Rose es hermosa, con cabello rubio bastante elegante, era la líder de las animadoras de la escuela y es muy popular, a su lado estaba su novio Emmet quien era el mariscal de campo del equipo de futbol de la escuela, un chico alto musculoso, bastante atractivo y con una sonrisa amistosa y coqueta. El me dio un fuerte abrazo de oso y nos sentamos en el lugar donde ellos estaban.

-Donde esta Alice? –Le pregunte a Rose mientras me comía una manzana.

-No lo sé, debe estar por venir, ya sabes cómo es ella. –Dijo. Alice es mi mejor amiga, nos llevamos conociendo desde que llegue al instituto Forks High School hace 2 años. Llegue aquí con mi padre a quien le asignaron un empleo como sheriff de la ciudad y desde entonces he vivido aquí con el. Mi madre me visita a veces ya que debe de estar viajando constantemente con su esposo Bob. Ella y mi padre se divorciaron cuando yo apenas tenia 7 años, no me entristece mucho porque ellos están felices y eso es lo que importa.

-Que te pasa bella estas muy pensativa hoy –Dijo Emmet mirándome con una sonrisa amplia.

-Ay ya Emmet deja a Bella tranquila, sabes muy bien que ella siempre vive en el aire.-Responde Rose.

-Hey! –Protesto pero con una sonrisa en mi rostro. Estos chicos me conocen demasiado bien.

-Cuando es el juego Emmet? –Pregunto –Debes de estar emocionado.

-Es el viernes, y si demasiado quiero patearles el trasero a esos del instituto Júpiter High. No dejare que ganen esta vez. –Dijo con una mirada en sus ojos intensa. Emmet se emocionaba cada vez que le hablaban de Futbol, es su pasión.

-Y yo estaré ahí para apoyarte mi amor. –Dijo Rose mientras le acariciaba el rostro y lo besaba. Y woah que estos dos podían ser intensos cuando querían. Comenzaron a besarse salvajemente y yo estaba ahí, muy incómoda por cierto. Pero gracias al cielo una voz hizo que se separaran.

-Chicos, por Dios! Estamos en un lugar público –Les reprendió Alice que llegaba de la mano de su novio Jasper. Ella era baja pero eso no hacía que la respetaran menos, tiene pelo corto y unos ojos azules preciosos, parecía una bailaría con su vestido rosa pálido y sus zapatillas blancas. Jasper por otro lado es bastante atractivo, con unos ojos marrones claros y un corte de pelo bastante moderno. Es parte del equipo de futbol junto a Emmet y...

-Edward! -Grito Emmet poniéndose de pie y dándole un abrazo a su hermano. Edward es el hermano menor de Emmet por solo un año, era igual de alto pero no tan musculoso como Emmet, tiene un cabello cobrizo salvaje pareciendo como si se hubiera levantado de la cama justo en ese momento, sus ojos eran del color al ámbar hermosos y perfectos y sus labios, esos labios que a Bella la hacían volver loca con una sonrisa atractiva que la cautivaba siempre. Y Dios mío yo estaba tan enamorada de este chico, pero él nunca lo sabría.

-No tan fuerte Emmet –Murmuro Edward tratando de zafarse del abrazo de su hermano. Todos reímos ante ver el amor fraternal de ellos.

-Bueno chicos mejor nos vamos a practicar, el juego es este viernes y tenemos que prepararnos bien. –Dijo Jasper dándole un beso en la mejilla a Alice quien le sonrió de vuelta con una mirada enamorada.

-Vamos entonces –Dijo Emmet acercándose a Rose –Nos vemos luego linda.

-Está bien amor.

Los chicos se fueron y nos quedamos las tres sentadas en el banco del comedor.

-Bella, sinceramente tienes que hacer algo con lo que sientes por Edward. No puedes estar alrededor de el sin que te ruborices. –Dice Alice y sé que tiene razón, el me pone la piel de gallina desde que está cerca de mí.

-Lo sé, pero que pasa si no le gusto o qué tal si a él le gusta alguien más, eso me mataría –Confieso, y es verdad, nunca me había gustado un chico tanto como me gustaba Edward, desde que llegue a Forks High School me he sentido atraída a él, no solo por su físico sino también por su personalidad, hemos llegado a ser buenos amigos pero nada más.

-Te ayudaremos, no te preocupes, además sabemos que Edward es mas ciego que una cabra al no haberse dado cuenta ya que te gusta. –Dijo Rose.

-Tanto se nota? –Pregunte sintiéndome avergonzada de que fuera tan transparente en cuento a mis sentimientos.

-Solo un poco, pero no te preocupes, este será tu año de conquistar a Ed. –Dijo Alice sonriéndome con un gesto que daba a conocer que tenía un plan en mente y que por supuesto estaba involucrada.

Llegue a casa cansada de un día tan largo en la escuela, subí hasta mi cuarto y me lance sobre la cama, tenía muchas cosas en que pensar como por ejemplo cual sería el plan de Alice para poder acercarme más a Edward, me ruborizaba con el simple hecho de pensar en el, ¿Por qué me gustaba tanto? ¿Por qué le podría yo gustar a el? ¿Cómo podre decirle lo que siento por el? Eran demasiadas preguntas sin respuesta, pero estaba decidida a que de alguna u otra manera llegaría a responderlas tarde o temprano. Con ese pensamiento en mi mente me levante de la cama para bajar y prepararme algo de comer, estaba muerta del hambre.

Un Lado De La HistoriaWhere stories live. Discover now