<<El león & la oveja.>> -Larry Stylinson. (Omegaverse).

PRÓLOGO.

21 de Mrazo 2001.

7:30pm.

Johanna, su madre, se encontraba en la cocina preparando la cena para su amado alfa, quien no tardaría en llegar. Había mandado a Louis a su habitación castigado por haber cortado las rosas de su precioso rosal que tanto cuidaba esmerosamente, estaba realmente enojada con él. Y es que no era culpa de Louis, porque vivía practicamente aislado del mundo exterior, pues la pareja se negaba a ser la burla de sus vecinos y amigos más cercanos.

La pareja estaba bastante ilusionada con la llegada de su pequeño niño. Mark, un alfa poderoso y respetado por mucha gente, presumía a su omega embarazada, con su pecho inflándose como un pavo al anunciar que esperaban a su primer hijo, el alfa al que cedería todo su poder cuando él ya no estuviera. Pero...

-M-mami... -Los pequeños ojos azules de Louis se asomaron tímidamente por la puerta de la cocina, respirando el olor de la comida que su madre preparaba. Su estómago gruñó-.

-Te dije que estabas castigado sin cena, Louis -Dijo la mujer sin siquiera mirarlo, ocupada en terminar la cena lo más pronto posible-. Vete a tu cuarto antes de que llegue Mark, sabes que no le gusta que andes por aquí.

El labio inferior de Louis tembló y resignado dio la vuelta para caminar en dirección al sótano. Sí, su habitación se encontraba en el sótano de la casa, sus padres, si es que así se les podía llamar a ese par despiadado y sin corazón, no querían arriesgarse a que lo viera nadie. Pero a él no le importaba estar en ese lugar, le gustaba, en realidad. Lo había adaptado él mismo para que pareciera una habitación decente, aunque sabía que era en vano tener ordenada su habitación, no tenía ningún amigo a quien pudiera invitara jugar ahí, era bastante triste.

Muchas veces, desde que él recordaba mejor dicho, no sabía ni entendía qué era lo que había hecho para que sus padres lo trataran de esa manera tan cruel, ni siquiera ellos se lo decían.

El día en que Louis llegó al mundo, el mismo se desmoronó para Mark y su esposa, su tan esperado alfa resultó ser un omega, UN OMEGA HOMBRE, que desgracia ¿verdad?

Bueno, para ellos y para su familia lo era, un omega hombre era motivo de vergüenza y deshonra, era un pecado que se pagaba con la muerte del omega cuando cumpliera la mayoría de edad, porque era cuando el niño ya no estaba bajo la "protección" de sus padres y podían hacerlo. Y considerando que Mark era el dueño de su propia empresa, el alfa con más poder en el país, decidieron mantenerlo en secreto, al menos hasta el día en que Louis cumpliera los 19 años.