Sugar baby

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Yooa tenía todo lo que una chica podría envidiar, cara, cuerpo y cabello perfecto, era alta, delgada, y popular; una barbie o como la conocían en la Universidad, la princesa de Yonsei , sin embargo, no era para nada hueca y tonta, no, claro que no, ella conservaba siempre las mejores notas no solo de la Facultad, sino de la Universidad; Claro antes de que llegara su dolor de cabeza: Kang Seulgi

Desde el día en que llegó dió mucho de que hablar y no solo porque le dieron ataques de nervios y vomitó frente a la clase, sino porque lo hizo sobre Yooa.

El vestido Louis Vuitton terminó en la basura junto con los zapatos Prada, Yooa jamás se lo perdonó por más que la pobre Seulgi le rogara incluso cuando le dijo que le compraría otro conjunto idéntico (dinero que no tenía pero que lo conseguiría para pagar su desastre) para Yooa la ropa era lo de menos, tenía dinero de sobra, lo que le dolió fue su orgullo, fué humillada asquerosamente.

Desde ese día Yooa le declaró la guerra, se había convertido en el blanco principal y Yooa se aprovechó de su popularidad para hacer de sus días un infierno, no solo fué excluida de los talleres que ella quisiera tomar sino de toda la comunidad estudiantil y pobre de aquel que le hablara o se encontraría en la lista negra junto con Seulgi. Yooa podía ser el ser más hermoso, lindo y bondadoso de la tierra o el mismísimo demonio. Sus amenazas no eran una broma. Toda la escuela lo sabía.

Seulgi soportó 2 años en soledad cuestionando su propia existencia, nadie le dirigía la palabra a excepción de los maestros, su mejor amiga por así decirlo era la señorita Park una vieja maestra a punto de jubilarse, cuando no estaba con ella se encontraba en la biblioteca, uno de los únicos lugares donde no fue vetada, ahí pasaba la mayor parte de su tiempo y por consejo de la señorita Park no abandonó la escuela incluso en sus peores momentos sino que reforzó más sus conocimientos y se convirtió en la consentida de los maestros, siempre con notas excelentes superando a Yooa, cosa que a la princesa no le hizo gracia ya que eso provocó que toda la escuela hablara sobre el tema y cómo Seulgi estaba retando a Yooa, mientras eso decían las malas lenguas para Seulgi no era otra cosa que superarse ella misma, sus notas en el bachillerato no habían sido las mejores y no tenían comparación con las de ahora, así que ella se sentía muy satisfecha por esos grandes logros.

Yooa cayó en la desesperación debido a Seulgi ya que todos comentaban que la chica” Wacalaca”, como le apodaron después del incidente del vómito, se revelaba ante la princesa, Yooa no podía tolerar más eso, amaba ser el centro de atención pero no de esa manera, necesitaba hacerle saber a Seulgi quien mandaba en ese lugar y parar los comentarios de que estaba perdiendo poder sobre los perdedores, así que un viernes después de clases se quedó a esperarla hasta que saliera de la biblioteca, sentada sobre una banca la observó detenidamente, llevaba un pantalón de mezclilla, con un suéter dos tallas más grande que ella color rosa pastel, unos tenis blancos y su cabello recogido en una coleta, no era fea, tenía que aceptarlo, hasta tenía un rostro adorable  pero cómo le daba dolor de cabeza. Yooa caminó decidida y con pasos firmes, en cuanto Seulgi la vió palideció, sus piernas dejaron de responderle por lo que se detuvo, Yooa sonrió al verla de esa manera, tan temerosa, débil y vulnerable, justo como la quería.

Seulgi trataba de verse fuerte cada vez que la veía en los pasillos del campus o cuando sus amigos o compañeros le hacían groserías, actuaba indiferente, aunque por dentro quisiera llorar, pero esta vez fue distinto, esta vez por alguna razón le tuvo miedo, aunque su cerebro dijera una cosa su cuerpo decía otra, se quedó sin fuerzas y solo esperó por lo que fuera a pasar.

—Eres la primera persona que se revela ante mi, sabes —le dijo Yooa seria con cierto tono molesto—

Seulgi no dijo nada, solo se mantuvo con la mirada a sus pies

Bittersweet (One shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora