(Aclaración: En esta historia se van a narrar varias historias que van a estar entrelazadas entre sí. En cada capítulo el narrador cambia, es decir, en este capítulo un personaje cuenta una historia y en el siguiente es otro. Así será con todos los capitulos de la historia. En todos los capítulos el personaje que narra la historia será puesto en primera persona. Iré haciendo aclaraciones si veo que es muy confuso todo. Gracias por leer.)
Capitulo 0. En el infierno
La lucha infernal que se presentaba ante mis ojos no parecía tener fin. ¿Cuántas veces habría presenciado lo mismo una y otra vez, sin descanso? No lo sabía con exactitud, ni siquiera sabía cuánto tiempo llevaba encerrada. Echaba de menos la libertad, el campo, el bosque, a mi hermano. Estaba tan oscuro aquí dentro, cuando no estaban esas imágenes, que parecía que estuviese enterrada y no hubiera nada más que la completa oscuridad y mis lamentos en ella. Había días en los que me parecía escuchar otros plañidos, otros gritos en la oscuridad; pero se oían como susurros, como si no estuviesen allí y fueran meras ilusiones para satisfacer mi alma insatisfecha y eso no hacia mas que acrecentar mis pecados. No había salida a esta prisión, no había puertas ni paredes, solo oscuridad, la mas inmensa oscuridad que se pueda imaginar. La única luz que se veía era una en la mas remota distancia con forma de cerradura, estaba suspendida en el aire y por mas que intentases alcanzarla no podías llegar a ella. Me acostumbre pronto a estar allí encerrada, a solo oír mi respiración y mi corazón latiendo lentamente.
Empecé a sentirme a gusto allí y ya nada me afectada; esas imágenes para mi ya no eran nada, solo retazos de una vida que jamás volvería a ver. Al otro lado de la cerradura oía a mis carceleros hablar sobre mi y el resto de prisioneros. Me llamaban… ¿Cómo me habían llamado? Yami No Koe… ¿De que me sonaba ese nombre?... Lo recordaba vagamente pero no podía ponerle forma a ese recuerdo. Mis pecados lo bloqueaban. Ellos rieron con mi intento de recordarlo pero siguieron hablando casi al instante mientras yo seguía escuchando su conversación. Hablaban de perdonar. Empecé a escuchar una dulce melodía, reconocía esa voz. ¿Cómo olvidarla, si lo había sido todo para mi? Su voz entonaba una dulce canción de cuna, que lleno mi corazón de todos los recuerdos dulces de aquellos días, ya no veía mis pecados. Mi alma se encontraba en una calma absoluta que solo se vio interrumpida por una voz. Mis cadenas estaban empezando a desvanecerse. La voz me dijo: “Las cadenas que te oprimen se desvanecerán pero nunca olvides su color, rojo por toda la sangre que has hecho que se derrame y azul por las lágrimas de las personas que te querían y sufrieron por ti. Hoy serás liberada.”
En la inmensidad oscura pude distinguir una llave que se metía en la cerradura e ilumino toda la estancia de un color blanco. Las cadenas ya no estaban todo se había desvanecido. Había una mujer delante mía, la reconocía, ella era mi mejor amiga y la grandiosa 6. Me miraba fijamente esperándome con paciencia, como quien tiene por delante todo el tiempo del mundo y no le importa malgastar un poco, mientras yo me acercaba a ella. Cuando llegue frente a ella, me sonrió.
-Pandora, querida, tengo algo que decirte- me dijo con una gran sonrisa verdadera.
-Dime Alice
-Lo siento, por todo lo que has pasado aquí. Hay dos razones por las que has acabado aquí.
-¿Cuáles?
-No seas impaciente, te lo contare: Peter y yo teníamos un trato, el mataría a 0 y yo le dejaría vivir en paz contigo pero olvidó su misión por ello fuiste enviada aquí. Te tenía que encerrar porque sino habrías escapado, pero nunca pensé que fueres tan malvada. Por ello, y ahora que Peter lo ha matado se te permite volver a la vida como compensación.
-¿Podré tener todos mis recuerdos?
-Eso supondría otro trato
-¿Cuál? Haré lo que sea.
-Renacerás en otro cuerpo y no podrás decirle a Peter quién eres. Él deberá descubrirlo por si mismo. Si se lo dijeras te desintegrarías y volverías aquí de nuevo. ¿Hay trato o no?
-Está bien. Mientras pueda volver a verle no me importa ese mínimo detalle.
-Muy bien, cariño, ves esa luz azulada dirígete hacia allí.
-¿Volveré a verte?
-Lo dudo mucho. Otra cosa no debes usar el nombre de Pandora. ¿Queda claro?
Yo asentí y ella se desvaneció en el aire y yo me quede pensando en como iba a lograr que él me reconociera. Fui corriendo hacia la luz y la crucé pensando: “Peter, espérame voy a por ti…”
