Steve estaba recostado en su cama, pensaba en Natasha.
Tenia que hablar con ella, decirle lo que sentía.
Por otra parte, Natasha estaba pensando y analizando la actitud de Steve hacia ella, era casi como si ella le gustará.
Natasha intentaba convencerse de que no era lo suficientemente buena para Steve.
Era una asesina, tenía sus manos llenas de sangre de gente inocente. Ella también quería al soldado pero no podía admitirlo.
Las desventajas de poder leer la mente era que te enterabas de todo, y Wanda ya sabía, lo que Steve y Natasha sentían el uno por el otro, pero también conocía el miedo de Natasha.
Así que decidió ayudarlos.
Steve como siempre llegó puntual, iba de traje, tal y como la nota lo decía, observó el restaurante, estaba completamente vacío, y de hecho solo había un mesero y la muchacha que lo había dirigido a su mesa.
Observó que era para dos personas, y pasados 5 minutos apareció Natasha con un hermoso vestido rojo.
Ambos se sorprendieron de ver al otro. Steve como buen caballero le ayudo a Natasha a tomar asiento.
- ¿Qué está pasando aquí soldado? - Le pregunto Natasha a Steve.
- No lo se, creí que tu sabias, que había sido idea tuya - dijo Steve encogiendose de hombros.
Antes de que Natasha, pudiera contestar, llego el mesero con la cena.
Steve y Natasha comieron en silencio, un silencio que a diferencia de lo que esperaban, resultó bastante cómodo.
Cuando terminaron de cenar, empezó una suave música.
- ¿Bailamos soldado? - Dijo Natasha.
- No se hacerlo - dijo Steve un poco avergonzado.
- Yo te enseño - dijo la pelirroja.
Ambos se pusieron de pie, y Natasha empezó a guiar a Steve.
Se empezaron a balancear lentamente, y después de unos, minutos Steve decidió hablar.
- Natasha - dijo suavemente.
- Si - contestó la pelirroja
- Me gustas - soltó el rubio de repente.
- Lo siento Steve, pero no te puedo corresponder - dijo la pelirroja.
- ¿Porque? - Pregunto Steve.
- Por que necesitas a tu lado a alguien mejor que yo - dijo Natasha.
- Es por eso - dijo Steve soltando una Risita.
- No te rías - dijo Natasha.
- No me importa, Quien eres, de de donde, lo que hiciste, mientras me correspondas - dijo Steve.
Y se acercó a Natasha, para besarla, Natasha le correspondió el beso.
A lo lejos una muchacha sonrió, su plan había funcionado.
