Prólogo

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Sus ojos verdes se abrieron de par en par rápidamente, intento levantarse, pero se dio cuenta de que un brazo le rodeaba la cintura, se incorporo e hizo que su acompañante se despertara. -¿Qué pasa Sarah?- Dijo aquel chico pelirrojo, ella solo negó y se levanto de la cama dirigiéndose al cuarto de baño. -¿Estás bien?- Dijo el chico y la siguió al cuarto de baño; Sarah se llevo la mano a su espalda y de su bolsillo trasero saco una navaja. -Aléjate Jefferson.- Dijo amenazante.-¿Crees que me asusta un cuchillo? Hasta parece que no me conoces Meyer.- Dijo con una mirada que causaba temor -¿Sabes? Esperaba algo mejor de ti.- La chica guardo silenció sin dejar de mirarlo, miro el espejo. No era un espejo. Ella lo sabía, era una prueba más, no iba a fallar esta vez, nada era real. -Eres de pocas palabras.- Aunque antes lo había llamado Jefferson, no sabía quien era, de pronto dijo ese nombre. ¿Quién era él? ¿Era humano? Él chico se llevo la mano a su espalda y debajo de su camisa blanca saco una Beretta M9. -Estás muerta Mey- Sarah sin pensarlo dos veces lanzo la navaja hacía él, y de su boca salió sangre, y esa misma sangre no dejo lo dejo terminar. -Estás muerto Jeff.- Dijo Sarah acercandose con pasos lentos hacía él y saco la navaja de su garganta, el sujeto cayo al suelo de rodillas con sus ojos dilatados, soltó la pistola la cual estaba llena de sangre. Sarah limpio su navaja en un extremo de su blusa quitándole la sangre, y se la guardo en la bolsa trasera del pantalón, tomo la pistola y la sacudió para que no tuviera tanta sangre y disparo al espejo.

Y a lo lejos se escucharon unos aplausos.

Sarah MeyerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora