Parte 1. Prologo.

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Un pequeño albino de 5 años corría a todo pulmón por las frías calles en una noche de invierno. Cubriéndole nada más que una camisa que le llegaba hasta las rodillas, un short que no cubría más que la camisa y unas zapatillas rotas. Debía aguantar y seguir corriendo, o el señor al que acababa de robar una pieza de pan de su tienda lo atraparía y quien sabe que represaría le haría pagar.

Parecía haber perdido al furico hombre, pero no se detuvo. Al pasar por un callejón fue jalado al interior del oscuro rincón. Su boca fue tapada por una mano igual de pequeña y mugrienta que la suya.

-Shhh...-

Le mandaron callar. Reconociendo la voz acato la orden y como le enseñaron cortando incluso la respiración. Pasos presurosos y pesados pasaron de largo el callejón, el albino pidió con dos toques a la mano que se partatra y pudiera respirar con libertad.

-Gracias, Aku-chan...-murmuro quedito temeroso de que el hombre decidiera regresar sus pasos y le escuchara.

-Casi te atrapa.-regaño el niño mayor por un año. Ryunosuke ese era su nombre del pequeño azabache de puntas albinas. Vestía igual que el menor con la diferencia que a cambio de zapatos el llevaba una bufanda resguardando su cuello del frio. Atsushi Nakajima se llamaba el más pequeño de los dos.

-Lo siento...-dijo bajando la cabeza, triste por hacer enojar al otro, o eso creía, Akutagawa realmente estaba preocupado por él, pero en vez de demostrárselo con un abrazo como suele hacerlo Atsushi, le recrimina su torpeza.

-Al menos conseguiste algo...-

-¡Si!-dijo orgulloso de sí mismo enseñando la pieza de pan robada. Se la extendió al mayor para compartir su botín pero fue rechazado, lo miro interrogante.

-Es tuyo, tú lo obtuviste por tus propios medios sin mi ayuda... y también...-dijo mostrandole una botella de leche. Atsushi vio el contenido de la botella con brillos en los ojos.-...necesitas esto para que la próxima vez no estén a punto de atraparte...-

El pequeño albino ignoro la reprimenda y tomo la botella con su manita libre. Estuvo a punto de morderle al pan cuando cayó en cuenta de que Akutagawa no traía nada más para él. No era justo, partió por la mitad el pan y nuevamente se lo ofreció a su amigo.

-No creas que solo conseguí la leche, como tardabas demasiado me adelante a comer mi parte...-explico sin darle mucha importancia. Atsushi le creyó y comenzó a devorar los alimentos como si no hubiera comido en días, y así era la verdad.

Mentira lo que había dicho Akutagawa. Es cierto que obtuvo más de una botella de leche, pero en la huida de su víctima, una de las botellas se le resbalo y rompió al caer al piso. No había tiempo de llorar por la leche derramada, debía apresurarse en encontrar al albino y ayudarle en su primera vez que consiga comida solo. Porque Atsushi es más importante para Akutagwa que su propia integridad, no le importa pasar más hambre con tal de ver su sonrisa al llenar al menos un poco su estómago.

Juro protegerlo. Del hambre, dándole una ración más grande que la suya, del frio, abrazándolo por las noches cuando el albino dormía... y de cualquiera que quisiera hacerle daño. Es por eso que escaparon del orfanato en el que fueron a parar nada más al nacer. Llegaron juntos y juntos estarían para siempre, se juraron.

En el orfanato tenían techo, y comida solo un poco, no la suficiente. Y tenían que trabajar por ella además. Si hacían algo mal los castigaban sin comer y a veces con golpes. Antes que eso sucediera decidieron escapar. Un error grave tal vez, no lo creía Akutagawa hasta ahora.

A pesar de ser pequeños, eran inteligentes. El abandono te obliga a ser independiente. O era suerte quizás que hayan logrado sobrevivir en el exterior ya un mes desde que huyeron de su "hogar". Pero hoy la suerte se acabó.

Sucedió en un instante. Una bala paso rozando su mejilla y el cuerpo del albino fue lo que detuvo su camino. El impacto hizo que el niño trastabillara y cayera de espaldas al piso, sucedió rápido pero a ojos de Akutagawa todo paso en cámara lenta. Una lagrima derramo antes de que se girara hacia atrás al escuchar pasos y una risilla parecida a la de un niño acabando de hacer una travesura.

-Perdón, perdón...-dijo una silueta sin salir de entre las sombras.

Akutagawa dio un paso hacia delante, estiro su mano tratando de alcanzar las sombras.

-¿Por qué?-susurro aun sin creerlo. Sus ojos abiertos a más no poder con la única intención de grabarse aquella silueta. Un arma se posó en su frente.

Jalaron del gatillo. Ryunosuke no escucho la excusa de su asesino. No escucho los sollozos de Atsushi que seguía vivo abriendo los ojos solo para ver desplomarse sin vida a su querido amigo. Un disparo más y la luz en sus orbes bicolor se apagó.

Abandonados al nacer. Pecando para comer. Perdiendo la vida sin razón.

Alguien decidió darles una segunda oportunidad. Una nueva vida, esta vez eterna y libre de sufrimiento, libre de pecado y abandono. Pero Akutagawa rechazo todo eso, peco de traición condenándose a desaparecer, obligado a abandonar a Atsushi.


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⏰ Last updated: Aug 07, 2017 ⏰

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Un ángel sin alas sigue siendo un ángel.Where stories live. Discover now