Samantha.

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Era un día normal en el instituto, estaba por empezar el juego de los Lakers High School vs Golden High School y yo estaba muy emocionada.

Había un chico nuevo en la plantilla de el equipo contrario, su nombre, David. Un chico trigueño, pelo castaño claro con un corte que le quedaba de muy bien, en resumen: un chico muy guapo.

Acababa de empezar el partido y de no ser por el pitido del juez, me hubiese quedado observándole, tenía una sonrisa de lado a lado y se le notaba que le apasionaba y le gustaba el basketball.

En una jugada consiguió llevar el balón de un lado al otro consiguiendo la canasta victoriosa, el notó que le observaba y nuestras miradas se encontraron por un corto momento, el me dirigió una sonrisa cálida que, me sonrojó. Las personas al acabar el partido se dirigían de una en una a la salida y los jugadores al notar las gradas vacías fueron todos directo a las duchas, todos, excepto ese chico que notó mi presencia a pesar de que el coliseo era inmenso, poco a poco se dirigía hacia mi.

Se acercó a mí, hasta se sentó a mi lado. Yo estaba muerta de la pena, hablamos un rato y luego, antes de salir me pidió mi número telefónico, se lo di y salió con una gran sonrisa del coliseo del instituto.

-¡¡¡JODER!!!, es súper tarde me deben estar esperando en casa- pensé.

Salí y había empezado a llover. Miro mi móvil y veo un mensaje.

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De: Número desconocido

¡Hola!, soy David, ¿sigues en el instituto?
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Y yo no dudo en contestar.

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Para: David

Si, ¿por?
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No alcancé a contestar cuando de repente un carro para en la acera de enfrente del instituto, es David.

Subí al carro, un dodge SRT 2016 negro. Le indique el camino a casa y me llevo.

Llegamos a la casa, bajó del carro, me abrió la puerta , también abrió el maletero y sacó, ¿un ramo de rosas?.
Me lo dio y me volví a sonrojar

-Este chico es muy completo, caballeroso, guapo y por si fuera poco, detallista- Pensé.

Agarro mi cabeza y me dio un pequeño beso en la frente, me acompañó hasta la puerta y subió al carro.
Esperó a que yo entrara y se fue, no sin antes dedicarme una sonrisa a través de la ventana.

Subí a mi cuarto, deje las rosas en el florero que estaba en la mesita de noche de mi habitación. Luego de un rato me percaté que el ramo tenía una tarjeta en la que decía:

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De: David
Para: Samantha

Hoy fue el mejor día de mi vida
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Y así empezó todo con Samantha.

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