Duele, mierda, duele como el infierno. No quiero llorar pero un nudo aparece en mi garganta. Quiero correr, y no siento nada mas que mi respiración entrecortada. Estoy en mi baño mirándome en el espejo, preguntándole a mi reflejo si soy lo suficiente buena, y me digo a mi misma que soy un caos.
Soy una mierda, soy una desastre. Estoy hecha pedazos, muy, muy chiquitos y no los puedo juntar, ya no. Odio tener que ser siempre la fuerte, tener que ser la que siempre va detrás de los demás, odio romperme tanto. Me odio por ser tan débil. Lucho por no llorar pero ya no puedo mas. No voy a fingir que no me duele, ya tomaste tu decisión. Estoy harta de ser débil, de siempre ser la buena y terminar mal. Estoy dispuesta a cambiar y ya no sentir más.
Quiero desaparecer, estoy temblando, siento ardor en mi pecho. Nunca pensé que doliera tanto. Entonces solo me dejo caer al piso y lo único que hago es mirar el suelo. No pienso en nada, solo duele, duele como cuando eres un niño y te sacan tu juguete favorito. Duele como una herida profunda. Duele como el infierno.
Se que no soy la mejor persona del mundo, que tengo mis mierdas, que soy una estúpida a veces, pero cuando uno acepta estar con una persona acepta lo malo y lo bueno, la gente da un beso con la facilidad con la que también se traga un chicle dice Maga, nadie es perfecto y todo tenemos defectos, hay que aceptar al otro tal y como es, por más jodido que este.
De pronto los recuerdos vienen y caen en mi cómo un balde de agua helada. Por primera vez en mi vida estoy derrotada. No me quiero mover, no tengo fuerzas de nada, se que es parte de la vida, pero duele, mierda, duele como el infierno.
