Attraction. II «Emmett X Bella»

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«Intenta comprender que yo estoy tratando de hacer una jugada sólo, para seguir en juego. Trato de mantenerme despierto y recordar mi nombre, pero todos están cambiando y no siento lo mismo. »

—Keane- Everybody's Changing

—Diablos...—susurró Jacob.

—Si, lo sé.—Bella estaba avergonzada de sí misma.—Soy una maldita zorra. Engañe a Edward, tengo una hija con el y ni siquiera pensé en ellos cuando lo hice...—Bella se alteró, y comenzó a llorar nuevamente.

—No te lastimes...—Jacob limpio sus lágrimas.—No lo hagas Bella.—Jake detestaba que lo hiciera, el la conocía y sabía que era un ser hermoso y valiente.

—Probablemente pienses que soy patética.—dijo Bella

—No, claro que no.—Jacob enfatizó sus palabras.

Bella continuo contándole a su mejor amigo las cosas que habían sucedido.

—Desde ese día, nuestra relación cambio, y Emmett se alejó. Hablé con el hoy y me pidió que no volviera a acercarme.—dijo Bella, explicándole a Jacob.—Ahora resulta que se va a Inglaterra con Rosalie.

—Bells, ¿Acaso te enamo...?—preguntó Jacob con una ceja arqueada.

—¡No lo sé, Jacob!—exclamó Bella.—Solo me enferma verlo junto a su esposa, con la cual lleva casado siglos, odio cuando ella lo besa y lo acaricia, cuando el le susurra cosas al odio. Me llena de rabia pensar que ella se acuesta con el...—dijo Bella en voz baja.

—Si eso no es amor, ¿qué es entonces?—dijo Jacob.—A mí no me engañas Bella, te enamoraste de el, sin quierer.—Jacob apretó la mano de la castaña.

—Quiero sacarlo de mi mente, pero no puedo.—dijo Bella.—Todo lo que Edward y yo construimos lo destruiré.

—Entiendo tu postura, y es sumamente difícil Bella.—contestó Jake.—Piensa bien en lo que harás.—dijo el hombre lobo, siendo franco y sincero.

...

Bella volvió a casa. Edward la recibió.

Su esposo estaba molesto.

—Dijiste que estarías aquí y que volverías Bella. ¿Dónde estabas?—preguntó Edward, alterado.

—Papá, dijo que se le daño una hornilla de la estufa.—contestó Bella, excusándose.

—Llamé a Charlie y me dijo que no estabas en su casa.—contestó Edward.— Dime la verdad, por favor.

—No estoy de humor, Edward.—contestó Bella, prestándole mínima atención.

—¡Isabella, habla ya!—dijo Edward insistente.

—¡Ya te dije que no, maldición!—Bella perdió la paciencia.

Edward se sorprendió. El salió de la casa con brusquedad.

Por una parte, Bella se arrepintió de haberle gritado, pero por otra, pensó que lo merecía.

—Mamá...—Renesmee se asomó por el pasillo.

Bella fue hacia a ella rápidamente. La niña estaba asustada. El grito de su madre la había despertado.

—Ya pasó cariño, todo está bien.—dijo Bella, acariciando las mejillas de su hija.

Bella llevó a Renesmee de vuelta a la cama.