ChanYeol nunca había sido la clase de persona que se dejase llevar por las apariencias. Era un poco demasiado curioso, le gustaba sobresalir en todo lo que hacía y sobre todo, disfrutar de la vida con cada uno de sus pequeños detalles. Sin embargo, en ese momento, Park ChanYeol, veinticinco años, era un manojo de dudas.
Su vida había dado un vuelco de la noche a la mañana y sabía perfectamente que ese vuelco, tenía nombre y apellido. También un par de hermosas piernas y rostro adorable.
No es que ChanYeol nunca se hubiese enamorado antes. Sí que lo había hecho y muchas veces, porque el gigante solo necesitaba un buen plato de comida para caer redondo en la trampa de cualquier persona. Puede que quizás suene demasiado ambiguo, porque tampoco es que se vaya a enamorar de la cocinera del puesto de la esquina, quien, por cierto, cocina un delicioso ramen con kimchi. Pero él sabe perfectamente que aquel amor a la comida no es más que eso, el simple placer de poder saborear distintos y exquisitos sabores con su paladar.
ChanYeol nunca se ha enamorado en realidad y no sabe con exactitud como debería sentirse.
Pero todo había sido diferente desde que había puesto sus ojos en BaekHyun, cuando fue asignado en su cubículo. ChanYeol no sabía que podía haber algo más exquisito que la comida, pero ahí estaba sentado a su lado, algo que no necesariamente debía comerse con la boca, aunque también le gustaría hacerlo y no lo iba a negar, sería idiota si lo hiciese.
El más bajo era algo, en definitiva.
No cree haber visto obras de arte tan sublimes y delicadas ni en su clase optativa de historia del arte, así como lo era BaekHyun. Cada uno de sus rasgos parecía haber sido cincelada con delicadeza y pulida con la más fina lija para recrear aquella suavidad que su piel parecía tener. Cree que ni siquiera Miguel Ángel pudo haber pintado algo tan hermoso nunca y que le llamen hereje si quieren, pero te quedas corta, Capilla Sixtina*.
El más bajo era capaz de cortarle la respiración de la manera más sencilla y era difícil para él, porque BaekHyun era el epítome de la dualidad. Era sensual y ardiente como el infierno, pero, al mismo tiempo, desbordaba una adorabilidad natural y cierta aura celestial cada que sonreía. Era como si la habitación por la cual el castaño entrase, se iluminara inmediatamente y ChanYeol ya estaba rendido a los pies del tipo desde el primer día.
Se empeñó en conocer pequeños detalles tras observarle de reojo. BaekHyun parecía tener cierta dependencia por el café, aunque al parecer, odiaba el del lugar y no lo culpada, porque verdaderamente sabía horrible. También puede que haya interrogado más de una vez a JongDae, su mejor amigo, especialmente cuando se enteró que BaekHyun había sido amigo de la infancia de su hermano mayor. Ese día, ChanYeol creyó ser el bastardo con más suerte de todo el jodido planeta.
Pero entonces, todo había empezado.
BaekHyun le había ofrecido una caja de almuerzo aquel día y aunque no había sido la mejor comida que había tenido, el simple gesto llegó a un lugar más profundo y llámenle cursi, pero ChanYeol se sentía afortunado.
Los días iban pasando y seguía recibiendo comida por parte del mayor, por lo que decidió dar un paso más arriesgado, haciendo que el castaño se quedara a comer con él mientras intercambiaban palabras que al inicio no dejaban de ser las típicas preguntas que sueles hacer para evitar aquel incómodo silencio, no obstante, con el tiempo todo aquello fue profundizando y ChanYeol no podía hacer más que aceptar que estaba enamorado completamente de Byun BaekHyun.
Le gustaba ver como BaekHyun arrugaba la nariz cuando algo no le agradaba, o como sus manos golpeaban sus piernas cuando reía fuertemente y dos medias lunas se formaban en sus ojos. El gigante nunca creyó que el sonido de la risa de otra persona llegase a ser tan dulce a sus oídos o que la curvatura de los labios de BaekHyun llegase a ser tan apetitosa.
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The only exception [ChanBaek / BaekYeol]
FanfictionPuede que BaekHyun tenga un pequeño enamoramiento. Y puede, solamente puede que se trate de su compañero y vecino de cubículo que irrumpió en su vida como un torbellino; logrando que el castaño hiciese cosas que nunca creyó hacer por alguien. Sobre...