Deseo 1

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Caminé rumbo a la cocina, dispuesto a hacer mi desayuno para después irme a la escuela. Saqué leche del refrigerador para luego sacar mi cereal favorito junto con un plato y una cuchara. Me senté en el comedor de mi casa. Solo. Como siempre, después de diez meses sin mis padres, todo había cambiado demasiado, la casa era un desastre, apenas y estaba limpia pues después de conseguir un trabajo donde me aceptaran, contraté a una señora de unos cuarenta años para que me ayudara en la limpieza, Grethel, era una segunda madre para mí. Ella sólo venía en las tardes y una que otra vez llegaba temprano.

En la tarde debía ir a visitar a Jazzy, a casa de mis tíos. Mi hermana aún no lograba comprender del todo lo que había pasado, era una simple niña de tres años, y al ser menor de edad, a mí me habían quitado el derecho de tenerla a mi cuidado, dándoselo directamente al familiar más cercano de la familia: La hermana de mi mamá. Esa señora por alguna extraña razón siempre nos había odiado, y mi madre sabía porque, sólo que nunca nos había querido decir.

Después de sorber la leche que quedaba en el plato lo recogí para dejarlo en la cocina, pero antes de terminar mi camino escuché el timbre. Meses sin visitas y ahora... ¿Quién sería? No me desvié, llevé el plato y terminado eso corrí a la puerta de entrada.
Una chica de no más de diecisiete años se encontraba parada ahí al frente con dos maletas, una en cada mano. Su cabello era castaño lacio y lo tenía suelto lo que resaltaba sus hermosos ojos verdes, no era alta pues yo le llevaba unos cuantos centímetros, con facciones finas y una sonrisa hermosa. Vestía una blusa blanca sin mangas junto con una falda de un azul claro con puntos de un azul más fuerte en el área de la cintura y unos Vans del mismo tono claro.

-Hola ¿Joel, verdad? - habló, su voz era hermosa, era como las campanas que suenan en navidad.- Dime que sí por favor, he ido a cinco casas y me comienzo a cansar.

-¿Quién eres? - le pregunté confundido.

-Me llamo ____, mucho gusto - me ofreció su mano y después de unos segundos, dudoso, la acepté.- Me quedaré aquí contigo por una semana.

Para cuando reaccioné, ella ya iba a mitad del camino rumbo a la habitación de huéspedes.

-Espera ¿Qué?

-Te explicó en la habitación - dijo para después dedicarme una dulce sonrisa que me dejo observándola por lo que restaba del camino. Seguimos caminando, hasta que abrió la puerta blanca y entramos. La habitación estaba impecable pues nadie la había usado y Grethel se había dedicado a limpiarla unas semanas antes, la cama estaba hecha y las paredes blancas hacían ver el cuarto más grande. Ella se sentó en la cama y yo hice lo mismo en el mueble de cuero negro que estaba al frente.

-Primero, asegúrame que eres Joel ¿Cuándo es el cumpleaños de tu hermanita? - cerré los ojos, triste por el recuerdo de mi pequeña Jazzy.

-Treinta de mayo - susurré.

-Bien, si eres tú. No estés triste - me dijo acariciando mi mejilla sin moverse de la cama.- Te prometo que todo va a mejorar.

-¿Por qué estás aquí?

-Soy un ángel, Dios te eligió entre millones de personas para que esta semana te cumpla siete deseos. - dijo tranquila dejándome algo sorprendido tras sus palabras.

-Siempre creí que los ángeles eran más... ¿Angelicales? - dije viéndola de arriba abajo, no tenía alas, ni un largo vestido blanco.

-Sólo usamos el vestido blanco en el cielo, y las alas... bueno, aparecerán cuando me tenga que ir - dijo suspirando.

-Sí, bueno... No tengo razones para creerte - susurré pero al parecer escuchó. Levantó una ceja y tronó los dedos, la puerta de la habitación se cerró de repente y yo abrí los ojos como platos.- Te... te creo - balbuceé.

Salimos de la habitación después de unos minutos de más preguntas y me dirigí a mi auto. Para cuando lo encendí volteé y ____ estaba sentada ahí, brinqué por el susto a lo que ella soltó una risita hermosa que me dejo sonriendo como tonto.

-¡Joder! hoy es mi examen de matemáticas, ojalá y no sea tan difícil - golpeé mi cabeza en el volante y para cuando la levanté el semáforo en el que nos habíamos detenido ya estaba en verde, arranqué.

-¿Quieres que ese sea tu primer deseo? - negué con la cabeza, no lo desperdiciaría en algo tan estúpido.- Bueno, eso está bien... sería un pecado - y otra vez rió.

Saliendo de la escuela me encaminé a la casa de mis tíos. Tenía semanas ya que no la veía. Mi Jazzy. Sus hermosos ojos café brillaban cuando me veía entrar por la puerta y salían varias lágrimas cuando la ayudaba a desenredar su hermosa melena castaña. Toqué la puerta y Jazzy la abrió.

-¡Joel! - gritó riendo mientras yo la levantaba en brazos.

-Ya extrañaba a la niña más hermosa del mundo - le dije dándole un beso en su pequeña mejilla.

-Vamos a mi cuarto - me dijo al oído y yo sólo asentí. Entramos, paredes sin pintar, la cama deshecha, ropa tirada por doquier, y sólo un pequeño abanico en una esquina del cuarto. Cerré los ojos intentando calmar mi furia.

-Tía me pegó ayer, me duele, Joel - habló Jazzy con sus preciosos ojos café llorosos.

-No te preocupes hermosa, todo va a estar bien - la abracé y no pude más, deje que mis ojos expulsaran las lágrimas, la extrañaba muchísimo.

-¿Quién es ella? - dijo señalando la puerta, dónde se encontraba recargada _____.

-Es... una amiga - sonreí. - se llama _____.- Mi pequeña hermanita se paró y caminó hacia ella sonriendo.

-Hola, yo soy Jazzy - dijo ofreciéndole la mano.

-Mucho gusto, pequeña - respondió ella al saludo. Caminé hacia ellas y cargué a mi hermanita, y le besé su frente acariciando su cabello.

-Te amo, Joel - dijo Jazzy abrazándome con sus pequeños bracitos.

-Yo también, no sabes cuánto desearía que estuvieras conmigo.- la abracé cerrando los ojos.

-¿Ese es tu primer deseo? - susurró mi ángel y yo sólo pude asentir.

7 deseos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora