Deseo 3

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Caminé rumbo al salón de literatura con una leve sonrisa en mis labios, la clase no había empezado todavía por lo que había varios asientos vacíos. Me senté a lado de Cait. Caitlin había sido mi mejor amiga desde pequeños, junto con Chris, su hermano, ella era una chica muy linda, ojos color avellana, cabello castaño largo y ondulado y una sonrisa encantadora, pero nunca había sentido nada más que una hermosa amistad con ella, al contrario, su hermano tenía el cabello de un tono castaño claro, casi de un color miel. Al verme sentarme a su lado Cait se sorprendió.

-¿Joel? - dijo confundida.

-¿Si?

-Hace mucho que no te veía sonreír... ¿Pasó algo? - parecía como si algo malo hubiera pasado, se habían acostumbrado tanto a verme serio, que ahora que sonreía era lo más raro del mundo.

-Tengo a mi hermana - dije orgulloso.

-¿Qué? ¡Eso es genial, Joel! ¿Puedo ir a verla?

-Claro, cuando quieras, sé que ella estará feliz de verte

La clase continuó; el maestro Johnson era uno de los menos estrictos, por lo que se escuchaban demasiados murmullos detrás del salón. Recordé que había quedado con _____ esa tarde.

Después de pedir mi segundo deseo, seguimos viendo la película. Le pregunté a _____ también, por qué había despertado en mi cama después de pedir el primer deseo. "Cuando el deseo te implica a ti, es como si te adelantaras todo un día, y cuando despiertas el deseo esta hecho, mañana por la mañana cuando despierte Grethel, tu deseo habrá sido cumplido" me había respondido. Cuando terminamos de ver la película la invité al cine, era raro tener... ¿Citas? No... Eso no era una cita. ¿Salida de amigos? Sí, eso, con un ángel. Nunca había pensado tener algo así, en mi vida.

-Cait ¿irás hoy a ver a Jazzy?- pregunté deseando que dijera que no. No me gustaba negarle las cosas a Caitlin.

-No puedo. Tengo que hacerme unos estudios- respondió- me he estado sintiendo algo rara estos días- me dijo nerviosa, cosa que de alguna manera me extrañó...

<<Esto no contó como deseo, no te preocupes>> escuché la voz de ____ en mi cabeza. Sonreí

-Espero que no sea nada malo, Cait - la abracé y sonó el timbre de salida. Me despedí con un beso en la mejilla y salí rumbo a mi auto, un Aston Martin Vintage plateado, el regalo que me habían dado mis padres en mi cumpleaños 16. Subí y una chica apareció en el asiento de co-piloto.

-¿Quién eres tú? - dije asustado.

-Tonto, soy yo, _____ - contestó sonriendo. La observé.

-Pero... ¿Y tus hermosos ojos verdes? ¿Tu cabello? - ¿dije hermosos? Ella se sonrojó y yo también sentí como mi cara se ponía del mismo tono.

-Si me van a ver los humanos, tengo que ser diferente - respondió.

-¿Y Jazzy? - pregunté confundido.- Ella siempre te ve.

-Porque ella es una niña.

Sus ojos verdes habían sido cambiados a unos grises y su hermoso y lacio cabello castaño ahora era rubio y ondulado. Su forma de vestir no había cambiado mucho, unos shorts desgastados y una blusa gris de hombro caído.

-¿Lista para ir al cine?- le dije sonriendo

-Te prometo que voy a hacerte que esta semana sea la más divertida y humana de tu vida - juré y ella me abrazó.

-Gracias - susurró cerca de mi oído provocando una extraña sensación en mi estómago. Arranqué el auto y antes de ir al cine la invité a comer, ya que para la función de la película todavía faltaba una hora. Estacioné el carro y antes de que ella abriera la puerta inconscientemente corrí a abrirle la puerta.

-Gracias - dijo - ¿McDonald's?

-¿Quieres ir a otro lugar? - pregunté.

-No, quiero experimentar todo tipo de comidas humanas - me contestó sonriendo feliz.

-Espera ¿Qué? ¿En el cielo no comen? -le dije alarmado. Ahora no quería morir... bueno no es como si antes si quisiera morir pero... ¡ahora menos quiero morir!

-Si... o bueno no, en realidad no lo necesitas, sólo comes una vez al año -sonrío.

-¿Y... qué comen?

-No creo que sea comida - esto me empezaba a asustar, la interrogué con la mirada y me contestó.- Agua.

-¿Y no te da hambre?

-No.

-Cuando me muera yo quiero seguir comiendo - le dije haciendo un puchero y vi como ella reía, tan linda. Sentí como lentamente una sonrisa se formaba en mi rostro. Y reaccioné, seguíamos en el estacionamiento, la gente que estaba adentro comenzaba a voltear a vernos, incluyendo a los trabajadores. Entramos y ordenamos dos hamburguesas y dos refrescos para los dos.

-Si tanto deseas ser humana ¿Por qué no lo eres? - utilizaría toda esta tarde para interrogarla, preguntarle sobre cómo era el cielo, los ángeles y todo eso.

-Yo... Verás los ángeles como yo - dio señalándose.- Tuvimos la oportunidad de ser humanos alguna vez, pero por alguna razón, no lo logramos.

-Y tú ¿Por qué? - lentamente ella iba poniendo un gesto serio en su rostro.

-Aborto - suspiró y sus ojos se humedecieron. Ella los cerró intentando suprimir las lágrimas pero no lo logró. Me paré y caminé hacia ella, la abracé muy fuerte y cuando me aleje limpié las lágrimas que caían por sus mejillas. Vi sus labios, esos labios tan hermosos, por un momento comencé a verla como la _____ que conocía, no rubia, castaña, no ojos grises, ojos verdes y sus labios... me fui acercando poco a poco.

-Jo... ¿Joel? -dijo con los ojos cerrados.- no creo que sea correcto. Me alejé.

-Lo siento, no estaba pensando -contesté.

Se volvió un poco incómodo todo a partir de ese momento, pero al salir de la sala del cine, _____ no podía estar más feliz.

-¿Viste cuándo bailaban? - sonrío más.- ¡Es genial imaginar que es real todo eso! ¡Y lo ves en una pantallota! - reí, y me quedé viéndola bailar sola, como si tuviera un acompañante.

-¿Me permite esta pieza? - dije ofreciéndole mi mano. La tomó y bailamos, en la calle, sin importarnos nada. Tal como Noah y Allie lo hacían en Diario de una pasión, como dos jóvenes enamorados. La tomé de la cintura y le di vueltas, mientras ella reía feliz.

-Gracias, Joel - le dediqué una mirada de confusión.- Por hacerme tan feliz hoy.

-Mamá ¿Cómo se llamará mi hermanita? - decía un pequeño de unos cinco años tomado de las manos de sus padres.

-____, amor- le respondió su mamá y yo por instito volteé a ver a mi ángel.

-¡¿Por qué mi mamá no pudo ser así?! ¡Yo quería vivir, ser humana! - gritó y yo la abracé.

-Quiero conocerlos - dije seguro.

-¿Qué?

-Ese es mi tercer deseo, quiero conocer a tus padres - contesté y ella sólo me observó confundida a los ojos mientras tronaba sus dedos y todo se volvió negro. Pero no tuve miedo, al despertar mi deseo sería cumplido.

7 deseos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora