Mi boca suelta un suspiro de frustración. Ésto es estúpido, simplemente una estupidez. ¡Vamos!, yo puedo. No, no puedo. Soy un maldito cobarde que le teme a un estúpido trozo de papel con dígitos en ella. Pero, ¿Qué le puedo hacer? Así soy yo, así nací y creo que así moriré; como una estúpida rata cobarde que se esconde de todo y de todos. Cansado de esta lucha conmigo mismo, camino con paso decidido hacia mi escritorio y entre todos mis papeles tomo un pequeño sobre blanco con firmeza.
«Dios, no puedo hacer esto. »
Dejo el papel de nuevo en su lugar. Frustrado conmigo mismo, me llevo las manos hacia mis desordenado cabello jalandolo hacia atrás. Esto es tan desesperante. Camino al rededor de mi habitación, que ahora parece ser el centro de mi atención.
«Debería limpiar este desorden. No se como puedo vi...mierda, Styles. concéntrate.»
«Yo puedo, sé que puedo.» Me repetía mientras caminaba de nuevo hacia mi escritorio. Tomé de nuevo el sobre blanco y lo abri, preparándome mentalmente para lo que venía.
«Leche, huevos, pan, pasta dental, jabon, papel higiéni...¿Qué mierda es ésto?»
Confundido, revisé el papel que sostenían mis manos y me dí cuenta que mi idiotez es tan pero tan grande que tuve la grata casualidad de confundir el sobre con la lista de despensa que mi madre me dio hace una semana; la cual jamás hice.
La puerta de mi habitación es tocada varias veces para después ser abierta y revelar el rostro de mi madre.
--Harry, cariño. La cena esta servida. --me informa desde el umbral de la puerta.
Suspiro, una acción muy común últimamente en mi. Al parecer el destino o algo no quería que leyese esa carta.
--Gracias, mamá. Bajo en un segundo.
--No tardes, cielo. La cena se enfría. -- dicho ésto, salió. Cerrando la puerta detrás de ella.
***
--Bobo.
--Tonta.
--Rizos falsos.
--Rubia oxigenada.
--Maldito hijo de...
--¡Hey, chicos!, ¿Podríamos, por favor, cenar en paz y armonía?--interrumpe mi madre en la pequeña discusión que tenia con mi hermana mayor; Gemma.
--Si...--contestamos al unísono.
Después de eso, todo quedó en completo y total silencio. Un silencio, para mí, incomodo. Robbin, el esposo de mamá, habló, rompiendo la tensión creada momentos atrás.
--Y, Harry...¿Has leído la carta ya?
Me tenso en mi asiento. Siento como la mano con la que sostengo el tenedor tiembla y como el aire empieza a faltarme. Mi espalda suda y sino fuera por el respaldo de mi silla, ya estuviese en el suelo, implorando piedad.
--Y-yo...--carraspeo-- Yo no la he abierto...
--¿Qué carta?, ¿De que hablan?--interrumpe mamá, viéndonos con ojos curiosos
--Cosas de hombres.-- contesta Robbin, viendome con una sonrisa cómplice.
Mamá se quedo sería, intuyendo que no íbamos hablar sobre eso. Después de lo ocurrido, la sala donde nos encontramos se quedó en silencio, otra vez. Al terminar con mi comida más rápido que los demás, me levanto de asiento y me disculpo con mi familia, para así, retirarme hacia mi habitación. Al estar subiendo las escaleras, escucho la voz de mi hermana.
--Es rarito, ¿No?
--¡Gemma Anne Styles! -- la riñe mi madre con indignación
--¿Qué? --dice-- admitamoslo, ese muchachito es raro para su edad. No sale, no se divierte cómo un chico normal de su edad. Se la pasa encerrado en su habitación con montones de libros. Es mi hermano y así lo quiero, pero dime mamá; ¿Cuándo Harry a traído a una chica a casa? ¿Cuándo a salio de casa? Y las salidas a la biblioteca, seven eleven, ni nada de sus cosas frikis cuentan.--silencio-- exacto, ¿Vez a lo que ne refiero? Harry ocupa salir, conocer a más gente, tener amigos....
--Pero el tiene amigos.--Mi madre interrumpe a Gemma.--Él tiene a Jackson, Travis y Christian.
--Pero mamá, el ocupa extender sus horizontes. Conocer a más personas a parte de los frikis de sus amigos.
«Conocer a más personas.»