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- ¿No puedes ir solo? - Le dije a Soonyoung, dejando claro que no quería acompañarle a esa "reunión" que aseguraba tener con sus amigos. Ni siquiera los conocía pero sabía que no tenía nada en común con ellos. Ellos se iban de fiesta toda la noche, bebiendo cualquier brebaje, cuanto más fuerte y más dañino para sus hígados mejor, cuando yo sostenía que soltarme la melena era beber limonada a las seis de la tarde con un solo toque de azúcar y no dos; a más ácido, más alocado. Ellos disfrutaban la vida al máximo, sin embargo, yo era de los que prefería quedarse en casa estudiando. Pero mirando el lado bueno, yo no iba a morir a los treinta años de una cirrosis.

La verdad es que a veces querría saber pasármelo bien como ellos, salir como ellos y desenvolverme en las fiestas como ellos, pero a mí simplemente no me salía. Ni siquiera he tenido una novia desde los seis años.

- Venga ya, Minghao, somos amigos, ¿verdad? - Me dijo acercándose a mi cara con una enorme sonrisa inocente, intentando convencerme.

- Sí, pero ellos también, ¿no es así? ¿Por qué tengo que acompañarte?

- Verás... - Empezó, rascándose la nuca nervioso. - Estos no son precisamente "mis amigos" - Dijo haciendo comillas con sus dedos. Le eché una mirada con ambas cejas alzadas y dos segundos después, luego de confirmar en mi mente que Soonyoung estaba alucinando, me di la vuelta en silencio para volver al apartamento que compartía con él. No pensaba meterme en cosas raras.

Antes de poder huir a ponerme el pijama, Soonyoung me agarró del brazo y me llevó hacia fuera de nuevo.

- Venga, por favor, quiero hacer esto y no me atrevo a hacerlo solo.

- ¿Y por qué te resistes a contarme qué vamos a hacer si tanto quieres meterme en tus juegos extraños? - Dije apoyando mi peso en una pierna y cruzando los brazos en mi pecho mientras le dirigía una mirada acusadora.

- Porque no puedo contártelo, ya lo descubrirás, por favor. Además, te recuerdo aquella vez que te cubrí cuando rompiste el jarrón de Jihoon en casa de su madre. - Dijo con una pequeña sonrisa burlona. Yo abrí los ojos sorprendido. Recórcholis.

- Vale, te debo una, pero, ¿no puede ser en otra ocasión? No quiero hacer esto. - Dije decidido y manteniendo mi postura.

- De acuerdo, tendré que llamar a Jihoon y contarle lo de su precioso y caro jarrón. - Dijo sacando su teléfono del bosillo trasero de sus pantalones. Rápidamente le agarré la muñeca.

- Está bien, lo haré, pero sea lo que sea que hagas, no me metas, solo estoy allí para acompañarte, recuérdalo. - Dije mirándolo muy seriamente.

- Lo que tú digas, princesa. - Dijo guardando su teléfono de vuelta en su bolsillo.

Comenzamos a andar hacia su coche. De camino intenté sonsacarle algo de información, ya que iba a ciegas y tenía miedo de lo que Soonyoung pudiera estar tramando. Él nunca me había pedido que lo acompañara, ya que sabe que sus amigos y yo no somos para nada compatibles, así que esto me decía que estas personas no eran muy cercanas a él, como anteriormente me había confirmado.

- ¿Quiénes son? - Dejé salir.

- ¿Quiénes? - Dijo confundido por mi repentina pregunta.

- Ellos, la gente con la que te vas a reunir. Nunca me pides que vaya contigo a ningún lado que implique más personas, y ahora me obligas a prepararme para ir a un sitio misterioso a hacer algo misterioso. - Dije pensando y procesando la información en mi cerebro. - No serás narcotraficante, ¿verdad? - Dije nervioso acusadoramente, con las cejas fruncidas y los ojos ligeramente demasiado abiertos.

- ¿Qué? ¡No! ¿Cómo demonios has llegado a esa conclusión? - Dijo ofendido.

- No me cuentas nada y me pides que te acompañe a un lugar que no quieres revelarme, además estás nervioso, se te not... - Soonyoung me interrumpió cuando llegamos al coche.

- Mira, no soy narcotraficante, Minghao, no me van las drogas. Esto es algo nuevo que quiero probar, e ir solo podría haber sido horrible.

- ¿Y por qué no vas con tus amigos? - Dije.

- Porque ninguno de ellos quería. - Dijo en voz baja y con la mirada en el suelo tras una breve pausa ante mi pregunta.

- ¡¿Y qué te hace pensar que yo sí quería?! - Dije, pero Soonyoung ya se estaba metiendo en el coche. Ahora me sentía mucho peor. Si sus amigos no querían meterse en esto, yo menos. Di la vuelta al coche y me metí en el asiento del copiloto con un gesto enfadado. Solo esperaba que esto terminara pronto.

- Mira, tú no te preocupes. Te lo vas a pasar bien, créeme. - Dijo. Ah, no, Soonyoung.

- Te comento, yo no voy a pasármelo bien porque voy a ser un poste, ¿me oyes? Mi misión es acompañarte, pero me pienso apartar todo lo posible. - Dije mirando al frente. Después de eso se formó un silencio incómodo. ¿Qué haces Minghao? ¿No querías ser divertido como los amigos de Soonyoung? Tienes la oportunidad de disfrutar algo y te comportas como un abuelo. Pensé seriamente en toda esta situación, sintiendo ganas de un cambio. ¿Y si me arriesgaba un poco hoy? Y no me refiero a tomar la limonada ácida. De acuerdo. Aceptaría integrarme un poco en lo que sea que Soonyoung esté planeando, pero solo será hoy para probar. Siempre y cuando no implique drogas, por supuesto.

Me sentía mal por hablarle de esa manera, así que relajé mi gesto y le miré.

- Oye, perdóname. No quería ser tan rígido, solo estoy algo frustrado. - Dije con un tono de voz suave.

- Oh, no te preocupes. - Pero me preocupaba, sabía perfectamente que ahora mismo él se sentía como un cachorrito que acababa de ser regañado por morder el sofá nuevo.

- Prometo intentar pasármelo bien hoy. - Dije después de soltar un suspiro. Soonyoung me dirigió una mirada emocionada, sus ojos se habían iluminado y una gran sonrisa se abrió paso en su cara.

- ¿De verdad? ¿Lo harás por mí?

- Lo haré. - Dije apagando mi alarma interna, aquella que me obligaba a ser precavido todos los días. Algo más contento al ver lo animado que se hallaba Soonyoung, deseché mis instintos.

- De acuerdo, vamos. - Dijo encendiendo el motor rápidamente para dirigirnos a ese anónimo lugar.

• The keys to lust.《Junhao💕》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora