Kirishima Eijiro x Lectora [BnHA] (One Shot)

[Parte Uno]

Historia dedicada a mi bae Fujoshi_Anonima06 bc le gusta Kirishima y tenía ganas de hacerle un regalito (?)

Esta primera parte me resultó un poco pesada incluso a mí, me disculpo de antemano porque no siento que sea taaaan entretenida de leer. Muchas gracias por tu tiempo.

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Los gritos empezaron antes de la explosión, la gente iba y venía en todas direcciones buscando un lugar donde ocultarse, mientras tú intentabas encontrar el lugar donde había empezado todo, donde un villano empezaba a sembrar el caos e iban a aparecer héroes para detenerlo. ¿Que por qué esa actitud suicida de correr en línea recta y sin preocuparte por tu seguridad hacia el peligro? Simple, eras periodista, y cuando ese tipo de eventos acontecían, algo en tu cuerpo te obligaba a moverte en esa dirección, quizá era el hecho de que no tenías una particularidad digna de héroe, o la falta de emociones fuertes en tu vida privada, pero no te importaba, te entregabas por completo a ese arranque de adrenalina y corrías con todas tus fuerzas.

Esta vez, ir en contra de la masa de personas te había llevado hacia una calle que minutos atrás era normal, pero ahora se había convertido en un auténtico campo de guerra, ojeaste el reloj de tu muñeca y asentiste a la nada, desde la explosión a las 15:37, a los profesionales les había tomado sólo tres minutos aparecer. Cabe mencionar que tú quirk era poseer una memoria extraordinaria, olores, sensaciones, hasta el más pequeño detalle se quedaba grabado a fuego en tu cerebro por un tiempo indefinido. Por suerte tú tenías la habilidad de otorgarle la importancia que realmente merecían a cada uno de ellos, de esta forma, recordabas, por ejemplo, las expresiones faciales de la última persona a la que habías entrevistado, cada una de sus palabras o si su corbata estaba dos centímetros torcida, en lugar de rememorar que hacía dos años, cuando estabas lavandote los dientes con aquel cepillo lila que habías tirado puesto que sus cerdas estaban ya demasiado desgastadas, golpearon a la puerta tres veces con bastante fuerza para entregarte una caja de tamaño regular llena de cosas que habías encargado por Amazon.

Dedicaste unos segundos a observar el panorama, la calle estaba destrozada, los edificios amenazaban con derrumbarse, sentías una opresión extraña en el pecho, ese mal presentimiento de que las cosas sólo podían ir a peor te inquietaba, el ambiente era demasiado denso. Tu vista se posó primero en el villano, no era nada de otro mundo, un hombre con los rasgos fuertemente marcados, piel pálida y unos extraños ojos lilas, notaste que en su sudadera habían algunas apenas perceptibles manchas rojas, te hubiera gustado pensar que era salsa de tomate, pero la forma en la que se había secado sobre la prenda delataba que aquello era sangre, la idea de que había matado o simplemente lastimado a alguien te revolvía el estómago, existían pocas cosas que te molestan tanto como la injusticia.

Estabas oculta detrás de un auto, pero sentías que te perdías de mucho en esa posición, después de todo, no alcanzabas a escuchar lo que estaban hablando y tampoco podías poner atención a los detalles, motivo por el cual, agazapada, corriste hasta quedar detrás de otro auto y no pudiste evitar la sonrisa de autosuficiencia que se reflejó en tu rostro al caer en la cuenta de que ninguno de los dos presentes se había percatado de que estabas allí.

¡El otro presente! Ahora que estabas bastante cerca podrías analizar con lujo de detalle al chico de cabellos rojos que arremetía contra el villano una y otra vez. Su pecho subía y bajaba con violencia, el traje que lucía dejaba a la vista una buena porción de su piel, y notaste que esta parecía dura, como si su habilidad fuera volverla resistente, cuando te fijaste en sus manos, apretadas fuertemente en puños, tuviste la impresión de que tus suposiciones eran acertadas, puesto que parecían estar hechas de un material férreo, pero decidiste dejar este dato de lado y centrarte en su rostro, tenía un perfil bastante bonito para estar tan enfurecido, cada tanto, cuando hablaba o gruñía, enseñaba los dientes, mostrando que estos estaban en punta, como si se tratara de un tiburón, tu curiosidad hacia el extraño crecía con cada paso que este daba hacia el villano, con cada golpe, con cada inhalación, sus gestos te hacían levantar las cejas sorprendida y unirlas en un ceño que reflejaba enojo cada vez que era golpeado.